sábado, 25 de febrero de 2017

Roncesvalles, Historia y Leyenda

Roncesvalles, Historia  y Leyenda
espués de haber cubierto la primera etapa, llegamos a Roncesvalles, claramente se trata de una zona fronteriza entre Francia y España (o lo que en el futuro sería el Reino de Navarra) muchas veces envuelta en una niebla que nos introduce en un halo de Historia y Leyenda, por sus edificaciones y por los hechos que ocurrieron en el lejano siglo VIII y que posteriormente se plasmaron en El Cantar de Roldán.
Llegando a Roncesvalles
Hechos Históricos:
   Este Cantar de gesta narra deformando legendariamente los hechos de la batalla de Roncesvalles, que históricamente no pasó de ser una escaramuza, y que pudo enfrentar a tribus de vascones contra la retaguardia de las fuerzas carolingias al mando del conde Roldán, prefecto de la Marca de Bretaña. No está claro que por la envergadura del encuentro llegara a ser considerada una batalla, en los llanos de Roncesvalles y Burguete, o en el Puerto de la Ibañeta. Lo más probable es que se tratara de una emboscada sufrida por la columna carolingia el 15 de agosto de 778 en el desfiladero de Valcarlos, en la vertiente norpirenaica, según datos extraídos de anales y crónicas del siglo IX. Por ejemplo, la Vita Caroli de Eginhard, una crónica en latín del reinado de Carlomagno, narra cómo el joven rey Carlos (aún no se ha convertido en el emperador Carlomagno), aliado a ciertos caudillos musulmanes en sus luchas contra otros, atraviesa los Pirineos en la primavera de 778, toma la ciudad de Pamplona y sitia Zaragoza. Reclamado en su propio reino debido a un ataque de los sajones y a un amotinamiento en la región de Aquitania, levanta el asedio, saquea Pamplona y emprende el regreso. Es entonces, en venganza por el saqueo de la ciudad de Pamplona, cuando su retaguardia es atacada por montañeses vascos.
Iglesia de Santiago y Silo de Carlomagno
Referencias Históricas:
   No existen relatos sobre estos hechos de los vascones del siglo VIII, cuyos caudillos establecieron en los años siguientes el reino de Pamplona, que evolucionó al reino de Navarra.
   Los principales textos carolingios recogidos en los Anales regios (hasta 829), Annales Mettenses priores, Vita Caroli Magni imperatoris de Eginhard, Annales de Gestis Caroli Magni del Poeta Sajón y Vita Hludowici imperatoris del Astrónomo Lemosín recogen estos hechos en los años siguientes a la batalla.

   Eghinard, que era el biógrafo de Carlomagno en el relato Vita Caroli Magni, realizado 50 años después, describe:

"Marchó a Hispania con todas las fuerzas disponibles, y salvados los montes Pirineos, logró la sumisión de todas las fortalezas y castillos que encontró. Al regreso, en la misma cima de los Pirineos, tuvo que experimentar la perfidia de los vascones cuando el ejército desfilaba en larga columna, como lo exigían las angosturas del lugar. Los vascones emboscados en el vértice de la montaña, descolgándose de lo alto, empujaron al barranco a la columna que escoltaba la impedimenta que cerraba la marcha, provocando que los hombres se precipitasen al valle situado más abajo, y trabando la lucha los mataron hasta el último. Después de lo cual, apoderándose del botín, protegidos por la noche que caía, se dispersaron con gran rapidez. Ayudó a los vascones no sólo la ligereza de su armamento, sino también la configuración del lugar en que la suerte se decidía. A los francos, tanto la pesadez de su armamento como el estar en un lugar más bajo, les hizo inferiores en todo momento. Entre otros muchos perecieron el senescal Egiardo, el conde de palacio Anselmo y Roldán, prefecto de la Marca de Bretaña. Este fracaso no pudo ser vengado inmediatamente, porque los enemigos se dispersaron de tal manera que ni siquiera quedó rastro del lugar donde podían hallarse."

   En 1066, durante la batalla de Hastings, el juglar Incisor Ferri o Taillefer animó a los franceses cantando las hazañas de los héroes muertos en Roncesvalles:

Taillefer, qui mult bien chantout
sor un cheval que tost alout
devant le duc alout chantant
de Karlemaigne et de Rolant
et d´Oliver et des vassals
qui moururent en Rencevals. 

   En el libro IV del Codex Calixtinus (también denominado Historia Turpini y Pseudo Turpín), en tiempos de las cruzadas en Tierra Santa y la reconquista de al-Ándalus, se cuenta que Carlomagno en siete años conquistó toda la Hispania mora, excepto Zaragoza. La gesta de Roldán en Roncesvalles se relata en el capítulo XXI. La ubicación que realiza copia a la Canción de Roldán en la zona donde se fundará el hospital de Santa María en el 1132, pero como novedad utiliza el Vallis Karoli por donde camina la vanguardia francesa, que denota el uso ya popular de esta denominación. Hay un reconocimiento explícito de la utilización del camino de Luzaide/Valcarlos
 

Muerte de Roldán
El Cantar de Roldán
   La Chanson de Roland, es un poema épico de varios cientos de versos, escrito a finales del siglo XI en francés antiguo, atribuido a un monje normando, Turoldo, cuyo nombre aparece en el último y enigmático verso: «Ci falt la geste que Turoldus declinet». Sin embargo, no queda claro el significado del verbo «declinar» en este verso: puede querer decir 'entonar', 'componer' o quizás 'transcribir', 'copiar'. Es tal vez el cantar de gesta más antiguo escrito en lengua romance en Europa. El texto del llamado Manuscrito de Oxford (pues se conserva en la biblioteca Bodleiana de Oxford), escrito en anglo-normando (de alrededor de 1170), consta de 4 002 versos decasílabos, distribuidos en 291 estrofas de desigual longitud llamadas tiradas (en francés, laisses).
   El Cantar de Roldán se escribe unos tres siglos después de los hechos. Tiempo suficiente para que los hechos se transformen y el personaje de Roldán, que sólo era el margrave de la Marca de Bretaña, se convierta en el sobrino del viejo emperador Carlomagno, que ahora tiene una «barba florida». Los hechos se adornan y se los dota de una dimensión épica y heroica. El protagonista Roldán se acompaña de un amigo imaginario, Oliveros. La emboscada de los vascones pasa a ser un ataque de 400.000 sarracenos, que solo pueden derrotar a Roldán y a los Doce Pares de Francia (nobles francos amigos del arzobispo), además, debido a la traición del pérfido Ganelón.
Escena de La Chanson de Roland en un manuscrito iluminado

  Los hechos transformados: los agresores vascones permiten hacer de la expedición una especie de cruzada, y los acontecimientos se desencadenan partiendo de la traición de Ganelón. Roldán es el sobrino del emperador Carlomagno y tiene un amigo inseparable, Oliveros (personaje no histórico) . El asunto es el siguiente: tras siete años de Cruzada, el Emperador Carlomagno ha conquistado el norte de la península ibérica a los moros. Solo resiste  Zaragoza, ciudad del rey Marsilio. Los francos reciben unas sospechosas propuestas de paz. Roldán propone como embajador a su padrastro Ganelón. Este cree que Roldán pretende enviarlo a la muerte y decide vengarse. Como embajador prepara la traición: azuza a los moros contra Roldán, al que hace responsable del hostigamiento a que están sometidos. Sugiere Ganelón a Marsilio que prometa a Carlomagno lo que sea, que se vayan las tropas y así poder atacar la retaguardia francesa, en la que estarán Roldán y los Doce Pares de Francia. Carlomagno vuelve a Francia y, a propuesta de Ganelón, confía la retaguardia a Roldán.
   Carlomagno cruza los  Pirineos, sobre la retaguardia que dirige Roldán cae el numerosísimo ejército de Marsilio. A pesar de los consejos del sabio Oliveros, Roldán, valiente y temerario, no quiere usar su cuerno (el olifante) para llamar en su auxilio al grueso del ejército, que ha pasado ya el desfiladero. Roldán, asistido por la flor de la caballería francesa, pelea con valentía, rechaza dos oleadas de paganos, pero a un alto precio. Uno a uno van cayendo los caballeros ante el número incalculable de moros que les acosan. Roldán se decide, por fin, a tocar el olifante para avisar a su tío, el Emperador Carlomagno. Lo hace con tal fuerza que le estallan las sienes. Pero es demasiado tarde, se queda solo en la pelea y sucumbe, como los demás, frente al enemigo. Antes de morir desea romper su espada Durandarte para que no caiga en manos del enemigo, pero la piedra contra la que golpea su espada se parte por la fuerza del golpe de Roldán.
   Cuando Carlomagno oye el cuerno que demanda socorro, sospecha la traición de Ganelón y lo arresta, y vuelve a Roncesvalles al frente de sus tropas. Persigue a los moros que se baten en retirada y los extermina a las orillas del Ebro. Pero una vez derrotadas las tropas de Marsilio, Carlomagno debe enfrentarse a Baligante, almirante de Babilonia. En esa batalla, Baligante muere a manos de Carlomagno, quien finalmente consigue tomar Zaragoza, donde Marsilio muere furioso. Tras enterrar en la iglesia de Saint-Romain en Blaye a Roldán, Olivier y al arzobispo Turpín, regresa abatido a Aquisgrán. La hermana de Olivier, Alda, muere de pena al conocer el fallecimiento de su amado Roldán.
   Ganelón es procesado. Niega haber traicionado y alega haberse vengado de quien le había enviado a la muerte. Se apela al juicio de Dios. El campeón que defiende a Ganelón, Pinabel, es derrotado por Thierry d'Anjou, que pugna por Roldán. Ganelón muere descuartizado por cuatro caballos. Carlomagno ve cómo el arcángel San Gabriel le anuncia en sus sueños su victoria y desquite.
 

viernes, 17 de febrero de 2017

PRIMERA ETAPA

Saint Jean  Pied de Port - Roncesvalles

La etapa más dura del Camino Francés



sta etapa pirenaica, jornada inaugural para muchos peregrinos, es, sin duda, la más dura y espectacular de todo el Camino Francés. 
Rampas exigentes y un continuado ascenso elevan a los caminantes desde los 180 metros de Saint-Jean-Pied-de-Port hasta los 1.430 metros de altitud que coronan los puertos de Cize. Una dureza que se ve compensada por grandiosas vistas y parajes naturales de gran encanto, que no dejan indiferentes a los romeros. 
De hecho, Saint-Jean-Pied-de-Port se sitúa como el segundo principal lugar de partida hacia Santiago. Como puntos a favor de iniciar recorrido en este enclave se sitúan el propio encanto de esta localidad francesa –una de las más bellas de la andadura jacobea–, lo majestuoso de la subida por la antaño conocida como ruta de Napoleón –fue por donde entraron las tropas galas para invadir España– y el regocijo de cruzar a pie la frontera.

En invierno, o con condiciones climatológicas adversas, se recomienda de forma encarecida tomar un sendero alternativo que transcurre a menor altitud por el valle de Valcarlos y que avanza hasta Roncesvalles paralelo a la carretera nacional. 
Comenzamos esta etapa en Saint Jean Pied de Port descendiendo por la empinada Rue de la Citadelle, pasando junto a la Iglesia de Notre Dame du Bout du Pont y tras cruzar el río, recorreremos la característica Rue d´Espagne.


Rue de la Citadelle e iglesia de Notre Dame du Bout du Pont.

Al finalizar esta calle cruzamos los restos de la antigua muralla de la ciudad por la Puerta de España, encontrándonos en el siguiente cruce, a nuestra derecha, la carretera por donde discurre la variante de Valcarlos/Luzaide. Este recorrido transita siguiendo la nacional que une Roncesvalles/Orreaga y Saint Jean Pied de Port a través del puerto de Ibañeta, siendo recomendable decantarnos por él los días en que las condiciones meteorológicas sean adversas y de sentido común si los puertos que la vía
habitual tiene están cubiertos por la nieve.


Puerta de España y de frente la calle por donde sigue el Camino

Dejando a la derecha esta variante del Camino, comienza en este punto el ascenso, que no finalizara hasta llegar al Col de Lepoeder, por la carretera que sigue recto frente a nosotros. Después de dejar a nuestra derecha el desvó hacia la variante de Valcarlos en siguiente cruce, el Camino continua por la derecha abandonando la carretera hacia Saint Michel para ascender por una estrecha carretera local que nos llevara entre aldeas y caseríos


Desvío hacia la derecha

Esta primera parte, al igual que el resto del recorrido por territorio Francés, está señalizado por marcas blancas y rojas, alguna flecha amarilla y carteles con la denominación de la Route de Napoleón.




Dejamos a derecha e izquierda un buen número de accesos a caseríos

El Camino va dejando atrás un buen número de cruces que dan acceso a los diferentes caseríos y aldeas, dejándonos recuperar el aliento para afrontar la siguiente dura rampa con la que nos encontraremos.




Dejamos a nuestra derecha una carretera

La carretera serpentea ascendiendo y salvando los cerros que se interponen en el recorrido para poco y después de atravesar una zona arbolada, donde dejamos a nuestra derecha un cruce, seguimos recto por la pista principal y comenzamos una fuerte pendiente que nos llevará hasta la pequeña aldea de Hunto/Hountto, encaramándonos así al inicio del ascenso al Pic D'Orissons.




Las fuertes rampas nos esperan

Este intenso ascenso no da tregua y al poco de salir de la aldea el Camino abandona la pista asfaltada para seguir su antiguo trazado por un camino de tierra evitándonos así recorrer la larga curva que realiza la pista.




Dejamos a la derecha la carretera para seguir por la pista de tierra

Esta parte del ascenso no afloja su intensidad ganando rápidamente altura y describiendo las tan características zetas de los itinerarios que salvan un gran desnivel.




Nos encontraremos con pequeños atajos

Apenas 1 Km más adelante y después de encontrarnos con un sinfín de sendas que los peregrinos más en forma o con más prisa han trazado para evitarse unos metros, nos reencontramos con la pista asfaltada por donde continuamos ascendiendo los escasos metros que nos separan del Mirador de Francia (2h 40min) donde podemos tomarnos un respiro y disfrutar de las magníficas vistas que ofrece.




Salimos a la carretera para ascender hacia el mirador

Desde el Mirador de Francia hasta la Virgen de Biakorre

Tras recuperar fuerzas proseguimos el pronunciado ascenso, ahora por la vertiente este de la montaña, por suerte la pendiente se suaviza incluso llegando tener que descender un corto tramo lo cual nos permite recobrar el aliento para el siguiente ascenso.




Se agradece el tramo en descenso

Dejamos tras nosotros un caserío bordeamos el morro de un cerro y cambiamos de vertiente de la montaña, ahora el recorrido transcurre por la ladera del Pic D'Orissons orientada al este.




Seguimos por la carretera principal dejando atrás algún que otro desvío

El ascenso ya menos pronunciado sigue por la pista asfaltada y va dejando atrás senderos y algún que otro desvío que llevan a las granjas cercanas.




Con algún que otro corto descenso el camino prosigue ascendiendo bordeando las montañas

Poco a poco y con alguna pendiente de desnivel algo más exigente y sin dejar en ningún momento la pista asfaltada vamos bordeando a media ladera el Pic D'Orissons y el de Itchachéguy hasta llegar al collado donde se sitúa la Virgen de Biakorre (4h 20min) desde donde podemos contemplar ambas vertientes de la montaña.




Virgen de Biakorre

De la Virgen de Biakorre a la Cruz de Thibault

Dejando a la izquierda una pista que desciende hacia una granja cercana el Camino prosigue su ascenso mucho más suave ahora siguiendo la pista asfaltada que recorre amplios prados de pastos.





El Camino sigue por la carretera de la derecha dejando a la izquierda los accesos a la Virgen y a la Granja

Dejamos a nuestra izquierda un par de caminos que nos acercan al lado contrario de la montaña y también a nuestra derecha la carretera que lleva hacia Arnegi/Arnéguy, bien señalizada, además de algún acceso a granjas.




Cruce con la carretera hacia Arnegi/Arnéguy

Poco antes de alguna curva de la pista nos encontramos con atajos que acortan el recorrido, en la zona es habitual las densas nieblas y si bien estos atajos no se separan mucho de la carretera y con buena visibilidad están claramente definidos sí que es aconsejable no salirse de la pista asfaltada si la niebla es densa para evitar despistes.




Atajos a través de los prados

Tras un buen rato de recorrido por esta carretera que nos permite disfrutar del paisaje y recuperarnos del esfuerzo hecho hasta ahora, llegamos a la Cruz de Thibault (5h 40min) momento en el que ahora sí, nos despedirnos de la pista que nos trajo hasta aquí.




Dejamos la carretera en la Cruz de Thibault

Desde la Cruz de Thibault hasta el Refugio de Izandorre

Este es el punto que más problemas causa a los peregrinos, estamos en plena montaña y aunque está bien señalizado, los días de mal tiempo la orientación se hace muy complicada y las condiciones meteorológicas pueden haber hecho muy duro el trayecto hasta aquí.




Aunque bien señalizado no deja de ser conflictivo con mal tiempo

Dejamos a nuestra izquierda la carretera y nos dirigimos, separándonos de ella diagonalmente, hacia el paso que hay entre dos rocosos cerros que se sitúan frente a la cruz.




Paso entre los dos cerros

El collado Col de Bentarte es el paso natural a España, nuevamente afrontamos una exigente rampa esta vez por una descompuesta senda que asciende hacia este collado.




Al otro lado del paso unos pequeños hitos nos balizan el recorrido

Después de pasar entre estas dos rocas el camino se suaviza transitando a media ladera, dejando un escarpado barranco a nuestra derecha hasta llegar al col, momento en el que nos encontramos con una bifurcación del camino, ahora convertido en una pista de tierra, en la que el camino a seguir es el de la derecha y que nos conduce hasta la Fuente de Roldan, la entrada a España y la Muga de Navarra.




La pista se bifurca siendo la de la derecha la que tenemos que seguir

Desde aquí comienza el ascenso al Col de Lepoeder, un camino bastante más cómodo que él llevado hasta el momento, que discurre a media ladera en parte por el interior de un frondoso bosque.




La pista de tierra esta bien delimitada

Sin salirnos del camino principal, después de dejar a izquierda y derecha los pocos desvíos que nos encontramos y de afrontar los toboganes que nos esperan en el camino, llegamos a la altura del Refugio de Izandorre (6h 55min) depués de dejar a nuestra derecha una pista que desciende hacia el valle.




Llegamos al refugio, donde confluyen varios caminos

Del Refugio de Izandorre

al Collado de Lepoeder

Desde el refugio parten un buen número de senderos y pistas de tierra, nuestro camino prosigue recto iniciando la última parte de ascenso de la etapa por la pista de la derecha de las dos que se presenta frente a nosotros.




Comenzamos el ascenso al collado de Lepoeder

Nuestro próximo objetivo se ve cercano pero todavía nos queda un buen rato para superar el desnivel que nos separa de él. Al Collado de Lepoeder (7h 30min) llegamos después de superar unas rampas cuyo desnivel se hace más fuerte más por el cansancio acumulado que por su exigencia real, que sin duda la tiene.




A estas alturas este tramo se hace duro

El camino de tierra que nos trajo hasta aquí se encuentra con la pista asfaltada que asciende desde Ibañeta y a nuestra derecha, al borde de la pista asfaltada desde donde tenemos una magnífica panorámica de lo que en próximas etapas nos aguarda, veremos marcada por un poste de madera y un hito de cemento el inicio de una senda que desciende por el talud de tierra hasta llegar a un cruce de caminos indicado con señales.




Magníficas vistas

En este lugar tendremos que decidir si seguimos de frente por la ruta directa que supone afrontar un fuerte y complicado descenso por el bosque o por el contrario nos decidimos por el de la derecha, recomendable para los bicigrinos y muy aconsejable para el resto de peregrinos los días de lluvia o mal tiempo, que nos lleva hasta el alto de Ibañeta al encuentro de la variante que viene por Valcarlos/Luzaide, mucho más progresiva y fácil, esta segunda opción supone afrontar apenas 1 Km más de recorrido y poco más de 5 o 10 min al tiempo total.




Cruce, a la derecha por Ibañeta, a la izquierda por el bosque

Del Collado de Lepoeder a Roncesvalles
(por el bosque)

El Camino comienza el descenso hacia Roncesvalles/Orreaga dejando a la derecha la variante de Ibañeta, una primera senda nos va dando muestra de lo que viene por delante. El recorrido se encuentra con la pista asfaltada que antes dejamos en lo alto del col para atravesándola y seguir al otro lado.




Cruzamos la carretera y comienza el fuerte descenso

Es al asomarnos al borde de la pista cuando tomamos consciencia de la pendiente que tenemos que descender. En condiciones de buen tiempo y de buen estado del firme es importante tomarnos esta parte del camino con calma y precaución, son muchos los kilómetros que llevamos, que sumados al peso de las mochilas, pueden hacernos el descenso complicado.




El camino se introduce en el frondoso bosque

La larga rampa recorre el interior del bosque de hayas siguiendo las marcas blancas y rojas que delimitan el camino en no muy buen estado y plagado de pequeñas sendas a los bordes del mismo hechas por los peregrinos en busca de mejores zonas para salvar el desnivel.




Las marcas en los árboles indican el camino

La ruta en un primer tramo recorre el linde del bosque para introducirse definitivamente en él y suavizar la pendiente gracias al zigzagueo que dibuja el camino, comenzando entonces una serie de toboganes con los que salvamos un par de cerros que se anteponen a nuestro destino. Esta zona del itinerario aún en pleno verano suele estar muy húmeda y embarrada, contribuyendo a que nuestro avance sea algo más lento que lo normal.




Algunas zonas del camino suelen estar algo embarradas

Poco antes de la cima del segundo cerro comenzamos otro descenso de cierta intensidad que nos conduce hasta un cruce, perfectamente señalizado, donde tenemos que desviarnos y seguir por la senda de la derecha.




Seguimos por la senda de la derecha

La senda finaliza al llegar a un claro del bosque, algo más adelante, en una pista de tierra por donde continuamos recto en el mismo sentido que llevamos.




Nos encontramos con la pista que lleva hacia Roncesvalles/Orreaga

El Camino recorre esta pista llegando a una puerta metálica que da acceso a una pequeña área recreativa y después de cruzar, gracias a un puente, el arroyo de Arrañosín llegar a un gran aparcamiento.




El Camino llega al aparcamiento

Podemos seguir recto o atravesar diagonalmente el aparcamiento en busca de la pista que recorre la parte trasera del Silo de Carlomagno y la Colegiata, girando a la derecha al llegar a ella. Siguiendo el límite que suponen estos edificios, al finalizar estos nos encontramos a la derecha con la pista de tierra por donde llega la variante que baja desde Ibañeta y frente a nosotros una callejuela que sigue la fachada del edificio y por donde seguimos para encontrar un pasaje que lo atraviesa dándonos entrada al patio interior.




Bordeando el edificio blanco encontraremos el pasaje de entrada a Roncesvalles/Orreaga

En este patio enfrente de nosotros vemos otro pasaje que nos lleva a la entrada de la Colegiata de Roncesvalles/Orreaga (8h 20min) donde finaliza esta etapa.

Del Collado de Lepoeder a Roncesvalles

(por la variante de Ibañeta)


La senda sale a la pista asfaltada

Dejamos a la izquierda la bajada por el bosque para seguir junto al lindero de los árboles descendiendo suavemente en busca de la pista asfaltada que antes dejamos atrás, a la que llegamos tras bajar la senda que salva el pequeño talud de tierra que nos separa de ella El Camino continua por esta pista asfalta que desciende serpenteante por la montaña, podemos seguir su trazado sin miedo a perdernos o aprovechar las sendas que en cada pronunciada curva acortan el recorrido.




Continuos desvíos nos acortan el recorrido, aunque con mal tiempo es mejor seguir la carretera

Estos atajos están señalizados por marcas rojas y blancas además de alguna flecha amarilla y en ocasiones nos brindan un tramo por el bosque aprovechándonos de su frescura.




El Alto de Ibañeta esta cerca

Los atajos recorren verdes prados de pastos por lo que no son muy aconsejables si están mojados ya que por su pendiente y tipo de firme son bastante resbaladizos, al igual que si hay niebla es mejor no salirse de la pista asfaltada.




Llegamos a Ibañeta, aunque la niebla nos impide ver la silueta de la ermita de San Salvador

Al llegar al final de la pista y tras pasar un enrejado dejamos a nuestra derecha un camino que se introduce en el bosque para seguir de frente guiados de la silueta de la Ermita de San Salvador (8h 05min) y del alto donde está el monumento a Roldan.




Seguimos por el prado paralelos a la carretera nacional

Justo al llegar a la altura de la ermita la pista finaliza en la carretera que da acceso al aparcamiento de este lugar y a nuestra izquierda vemos dentro de un prado, un cartel informativo y la senda, que bordeando el prado nos lleva hasta una puertecilla de madera por donde prosigue el Camino.




Pasamos la portilla de madera para proseguir el descenso

Una vez cruzado este portillón, la senda, en bastante buen estado, se introduce en un precioso bosque para proseguir el cómodo descenso por su interior hasta llegar a un camino de tierra donde continuamos por la derecha alejándonos del interior del valle.


La ancha senda recorre el bosque

Esta pista después de cruzar una portilla metálica se encuentra con el otro camino que baja desde el Col de Leopoeder y a la derecha la callejuela que conduce al pasaje que da acceso al interior de Roncesvalles/Orreaga (8h 25min).



Nos encontramos con la pista de tierra que nos lleva hasta el final, la torre de la Colegiata de Roncesvalles ya se ve al fondo