espués de haber cubierto la primera etapa, llegamos a Roncesvalles, claramente se trata de una zona fronteriza entre Francia y España (o lo que en el futuro sería el Reino de Navarra) muchas veces envuelta en una niebla que nos introduce en un halo de Historia y Leyenda, por sus edificaciones y por los hechos que ocurrieron en el lejano siglo VIII y que posteriormente se plasmaron en El Cantar de Roldán.
Llegando a Roncesvalles |
Este Cantar de gesta narra deformando legendariamente los hechos de la batalla de Roncesvalles, que históricamente no pasó de ser una escaramuza, y que pudo enfrentar a tribus de vascones contra la retaguardia de las fuerzas carolingias al mando del conde Roldán, prefecto de la Marca de Bretaña. No está claro que por la envergadura del encuentro llegara a ser considerada una batalla, en los llanos de Roncesvalles y Burguete, o en el Puerto de la Ibañeta. Lo más probable es que se tratara de una emboscada sufrida por la columna carolingia el 15 de agosto de 778 en el desfiladero de Valcarlos, en la vertiente norpirenaica, según datos extraídos de anales y crónicas del siglo IX. Por ejemplo, la Vita Caroli de Eginhard, una crónica en latín del reinado de Carlomagno, narra cómo el joven rey Carlos (aún no se ha convertido en el emperador Carlomagno), aliado a ciertos caudillos musulmanes en sus luchas contra otros, atraviesa los Pirineos en la primavera de 778, toma la ciudad de Pamplona y sitia Zaragoza. Reclamado en su propio reino debido a un ataque de los sajones y a un amotinamiento en la región de Aquitania, levanta el asedio, saquea Pamplona y emprende el regreso. Es entonces, en venganza por el saqueo de la ciudad de Pamplona, cuando su retaguardia es atacada por montañeses vascos.
Iglesia de Santiago y Silo de Carlomagno |
No existen relatos sobre estos hechos de los vascones del siglo VIII, cuyos caudillos establecieron en los años siguientes el reino de Pamplona, que evolucionó al reino de Navarra.
Los principales textos carolingios recogidos en los Anales regios (hasta 829), Annales Mettenses priores, Vita Caroli Magni imperatoris de Eginhard, Annales de Gestis Caroli Magni del Poeta Sajón y Vita Hludowici imperatoris del Astrónomo Lemosín recogen estos hechos en los años siguientes a la batalla.
Eghinard, que era el biógrafo de Carlomagno en el relato Vita Caroli Magni, realizado 50 años después, describe:
"Marchó a Hispania con todas las fuerzas disponibles, y salvados los montes Pirineos, logró la sumisión de todas las fortalezas y castillos que encontró. Al regreso, en la misma cima de los Pirineos, tuvo que experimentar la perfidia de los vascones cuando el ejército desfilaba en larga columna, como lo exigían las angosturas del lugar. Los vascones emboscados en el vértice de la montaña, descolgándose de lo alto, empujaron al barranco a la columna que escoltaba la impedimenta que cerraba la marcha, provocando que los hombres se precipitasen al valle situado más abajo, y trabando la lucha los mataron hasta el último. Después de lo cual, apoderándose del botín, protegidos por la noche que caía, se dispersaron con gran rapidez. Ayudó a los vascones no sólo la ligereza de su armamento, sino también la configuración del lugar en que la suerte se decidía. A los francos, tanto la pesadez de su armamento como el estar en un lugar más bajo, les hizo inferiores en todo momento. Entre otros muchos perecieron el senescal Egiardo, el conde de palacio Anselmo y Roldán, prefecto de la Marca de Bretaña. Este fracaso no pudo ser vengado inmediatamente, porque los enemigos se dispersaron de tal manera que ni siquiera quedó rastro del lugar donde podían hallarse."En 1066, durante la batalla de Hastings, el juglar Incisor Ferri o Taillefer animó a los franceses cantando las hazañas de los héroes muertos en Roncesvalles:
Taillefer, qui mult bien chantout
sor un cheval que tost alout
devant le duc alout chantant
de Karlemaigne et de Rolant
et d´Oliver et des vassals
qui moururent en Rencevals.
En el libro IV del Codex Calixtinus (también denominado Historia Turpini y Pseudo Turpín), en tiempos de las cruzadas en Tierra Santa y la reconquista de al-Ándalus, se cuenta que Carlomagno en siete años conquistó toda la Hispania mora, excepto Zaragoza. La gesta de Roldán en Roncesvalles se relata en el capítulo XXI. La ubicación que realiza copia a la Canción de Roldán en la zona donde se fundará el hospital de Santa María en el 1132, pero como novedad utiliza el Vallis Karoli por donde camina la vanguardia francesa, que denota el uso ya popular de esta denominación. Hay un reconocimiento explícito de la utilización del camino de Luzaide/Valcarlos
Muerte de Roldán |
La Chanson de Roland, es un poema épico de varios cientos de versos, escrito a finales del siglo XI en francés antiguo, atribuido a un monje normando, Turoldo, cuyo nombre aparece en el último y enigmático verso: «Ci falt la geste que Turoldus declinet». Sin embargo, no queda claro el significado del verbo «declinar» en este verso: puede querer decir 'entonar', 'componer' o quizás 'transcribir', 'copiar'. Es tal vez el cantar de gesta más antiguo escrito en lengua romance en Europa. El texto del llamado Manuscrito de Oxford (pues se conserva en la biblioteca Bodleiana de Oxford), escrito en anglo-normando (de alrededor de 1170), consta de 4 002 versos decasílabos, distribuidos en 291 estrofas de desigual longitud llamadas tiradas (en francés, laisses).
El Cantar de Roldán se escribe unos tres siglos después de los hechos. Tiempo suficiente para que los hechos se transformen y el personaje de Roldán, que sólo era el margrave de la Marca de Bretaña, se convierta en el sobrino del viejo emperador Carlomagno, que ahora tiene una «barba florida». Los hechos se adornan y se los dota de una dimensión épica y heroica. El protagonista Roldán se acompaña de un amigo imaginario, Oliveros. La emboscada de los vascones pasa a ser un ataque de 400.000 sarracenos, que solo pueden derrotar a Roldán y a los Doce Pares de Francia (nobles francos amigos del arzobispo), además, debido a la traición del pérfido Ganelón.
Escena de La Chanson de Roland en un manuscrito iluminado |
Los hechos transformados: los agresores vascones permiten hacer de la expedición una especie de cruzada, y los acontecimientos se desencadenan partiendo de la traición de Ganelón. Roldán es el sobrino del emperador Carlomagno y tiene un amigo inseparable, Oliveros (personaje no histórico) . El asunto es el siguiente: tras siete años de Cruzada, el Emperador Carlomagno ha conquistado el norte de la península ibérica a los moros. Solo resiste Zaragoza, ciudad del rey Marsilio. Los francos reciben unas sospechosas propuestas de paz. Roldán propone como embajador a su padrastro Ganelón. Este cree que Roldán pretende enviarlo a la muerte y decide vengarse. Como embajador prepara la traición: azuza a los moros contra Roldán, al que hace responsable del hostigamiento a que están sometidos. Sugiere Ganelón a Marsilio que prometa a Carlomagno lo que sea, que se vayan las tropas y así poder atacar la retaguardia francesa, en la que estarán Roldán y los Doce Pares de Francia. Carlomagno vuelve a Francia y, a propuesta de Ganelón, confía la retaguardia a Roldán.
Carlomagno cruza los Pirineos, sobre la retaguardia que dirige Roldán cae el numerosísimo ejército de Marsilio. A pesar de los consejos del sabio Oliveros, Roldán, valiente y temerario, no quiere usar su cuerno (el olifante) para llamar en su auxilio al grueso del ejército, que ha pasado ya el desfiladero. Roldán, asistido por la flor de la caballería francesa, pelea con valentía, rechaza dos oleadas de paganos, pero a un alto precio. Uno a uno van cayendo los caballeros ante el número incalculable de moros que les acosan. Roldán se decide, por fin, a tocar el olifante para avisar a su tío, el Emperador Carlomagno. Lo hace con tal fuerza que le estallan las sienes. Pero es demasiado tarde, se queda solo en la pelea y sucumbe, como los demás, frente al enemigo. Antes de morir desea romper su espada Durandarte para que no caiga en manos del enemigo, pero la piedra contra la que golpea su espada se parte por la fuerza del golpe de Roldán.
Cuando Carlomagno oye el cuerno que demanda socorro, sospecha la traición de Ganelón y lo arresta, y vuelve a Roncesvalles al frente de sus tropas. Persigue a los moros que se baten en retirada y los extermina a las orillas del Ebro. Pero una vez derrotadas las tropas de Marsilio, Carlomagno debe enfrentarse a Baligante, almirante de Babilonia. En esa batalla, Baligante muere a manos de Carlomagno, quien finalmente consigue tomar Zaragoza, donde Marsilio muere furioso. Tras enterrar en la iglesia de Saint-Romain en Blaye a Roldán, Olivier y al arzobispo Turpín, regresa abatido a Aquisgrán. La hermana de Olivier, Alda, muere de pena al conocer el fallecimiento de su amado Roldán.
Ganelón es procesado. Niega haber traicionado y alega haberse vengado de quien le había enviado a la muerte. Se apela al juicio de Dios. El campeón que defiende a Ganelón, Pinabel, es derrotado por Thierry d'Anjou, que pugna por Roldán. Ganelón muere descuartizado por cuatro caballos. Carlomagno ve cómo el arcángel San Gabriel le anuncia en sus sueños su victoria y desquite.