jueves, 5 de julio de 2018

SÉPTIMA JORNADA: ATAPUERCA-BURGOS

    
n esta séptima jornada Daniel es el encargado de dar por cerrado el tramo que nos habíamos propuesto para este año, fue realizada por el grupo al completo, es decir:
Isidro, Sole, Nati, Roy, Cristina, Inmaculada, Daniel, Yolanda, Isabel, Edelio, Almudena y yo, Vicente, durante el sábado 26 de Mayo del año 2018.
   La distancia, según las guías, es de 20.3 Km, pero el GPS de Daniel marcó 21.4 Km, el tiempo empleado fue de  4h y 4 minutos y una temperatura 8ºC.
 
Recorrido:
 
Perfil de la Etapa:
Altura máxima 1132 y mínima de 895 metros
 
   La ruta de hoy es sencilla y más allá de la pequeña subida hasta el alto de Atapuerca, coronado por la ‘La Cruz de Madera’, después el recorrido es una leve cuesta abajo que no demanda más esfuerzo que no dejarse ganar por el tedio de los kilómetros que anteceden a la capital burgalesa. Gran parte de la jornada transcurre en paralelo a las carreteras que dan acceso a la ciudad y el aeropuerto finalizando a través del Paseo del Espolón. La recompensa que nos queda después del aburrimiento de estos últimos kilómetros es entrar en el impresionante conjunto histórico artístico burgalés a través del Puente de San Pablo y el impresionante Arco de Santa María, puerta de entrada a la ciudad amurallada.
   Como todos los días nos levantamos a las 6:45 y nos recibió la mañana con una niebla matinal mortecina que no reflejaba nuestro estado de ánimo, pues en nuestro interior nos encontrábamos eufóricos por saber que estábamos llegando a nuestra segunda meta volante de esta carrera de cinco etapas. También es cierto que teníamos un rictus en las caras de pena pues llegaba el final de unos días de mucha emoción.
 

   En esta etapa se incorporaron al grupo Almudena y Edelio que ya cenaron con nosotros la noche anterior en el restaurante Comosapiens pero que durmieron en Burgos.
   Nos dividimos en dos grupos donde Roy, Isidro y yo nos dirigimos con los coches al hotel Abba de Burgos a recoger a Edelio y Almudena, mientras nuestro capitán Vicente (como lo llama Roy) junto con Isabel, Nati, Sole, Cristina, Yolanda e Inma partían a desayunar para salir sin esperarnos.
   Nos volvimos los cinco en un taxi y tras un apetitoso desayuno en la Panadería Las Cuevas y las pertinentes fotos de Roy a los cuadros de la flora de la zona que tenía colgados en la pared.
 

   KM 0 Atapuerca. Iniciamos la marcha a las 8:27 horas, antes de abandonar  Atapuerca nos despide la escultura de una imagen de nuestros ancestros, que parece saludar al peregrino y recordarnos “Que hace mas de 800.000 años que el hombre ya andaba por este lugar”, me hizo pensar que esto de ser peregrino y recorrer caminos ya nos viene de lejos al hombre.
 

   La ruta gira hacia la izquierda y se interna en los campos de labor que rodean Atapuerca a través de una pista forestal que, en menos de un kilómetro, atraviesa un pequeño bosquecillo de pinos.

    KM 2,4.- Alto de Atapuerca. Hemos llegado a las 8:56 horas Estamos ante la única dificultad de la jornada. El camino ha picado un poco hacia arriba pero hemos llegado rápido tras una ligera ascensión.
 
 

   Desde aquí puede verse el valle del Río Pico en un paisaje dominado por las tierras de labor y una enorme cantera que se deja entrever a la derecha. A lo lejos se podría ver la ciudad de Burgos si no fuera por la niebla que todavía nos acompañaba.
 
 

   Seguimos adelante y tomamos el desvío hacia Villalval (km 4,4) Apenas un par de casas en torno a una iglesia en ruinas.
 
 

   La antigua ‘Calle Real’ (hoy una carretera rural asfaltada) desciende hasta el cauce del río conectando, en ligero descenso, las localidades de Cardeñuela de Riopico y Orbaneja de Riopico.

   KM 6.- Cardeñuela. Hemos llegado a las 9:40 horas. Al atravesar el pueblo nos encontramos una escultura y el tronco de un roble centenario que nos llamó poderosamente la atención.
 
 

   KM 8.- Orbaneja de Riopico. Llegamos a las 10:15 horas y seguimos la Calle Real que aquí toma el nombre de Carretera de Villafría y pasamos sobre la A-1 a través de un puente.
 
 
 

   Nada más pasar el puente nos encontramos con Vicente y su grupo que estaban tomando un refrigerio en un puesto de limonada y pulseras que tenían unas chicas que reunían fondos para su viaje de fin de curso, son las 10:30 horas.
 

   Estamos a dos pasos del Aeropuerto de Burgos. Aquí caben dos posibilidades: O seguir hacia Villafría rodeando la cabecera del aeropuerto (a la derecha) o tomar el de la izquierda siguiendo en paralelo a la pista hasta la cercana Castañares. Nosotros elegimos esta última opción, ya que reduce en un par de kilómetros el tránsito por el arcén de carreteras muy transitadas.
   Tuvimos tiempo también para que Cristina nos contara algo de la fauna que nos encontramos en el camino, en este caso unos ácaros rojos muy simpáticos.
 
 

   Siguiendo el ‘ramal de Río’ llegamos a Castañares donde hacemos una parada para recargar fuerzas y asumir con tranquilidad el último tramo de la jornada.
   Nos tomamos unas pulguitas variadas y un café en el bar “El Descanso”.
 

   KM 12,7.- Castañares. Salimos a las 11:50 horas. El camino histórico sigue el trazado de la N-120 hasta la intersección con la calle Vitoria, Avenida de Cantabria y Calle Calzadas hasta la Plaza de San Juan, punto de entrada al casco histórico justo al lado de la Parroquia de San Lesmes. En los últimos años se ha popularizado cambiar esta ruta (tediosa en su primer tramo al atravesar las zonas industriales de Burgos) por el Paseo Fluvial del Espolón. Nosotros nos hemos decidido por entrar a Burgos por este paseo.
Nada más salir de Castañares nos encontramos con el río Arlanzón y con esta simpática señal del camino.
 
 

   El recorrido hasta llegar a Burgos se llama Paseo de Fuentes Blancas, está muy concurrido tanto por transeúntes como por corredores, en el caso de los peatones todos llevan un paraguas en la mano, con lo que a pesar del sol que luce nos estaba indicando lo que finalmente pasaría al llegar a Burgos.
   Los fresnos y los patos flanquean el camino.
 
 


   KM 20,3.- Burgos. Llegamos a las 13:30 horas. Finalizado el paseo fluvial continuamos por el Paseo del Espolón donde el cielo empieza a mostrarnos porque los paisanos llevaban paraguas y que la costumbre de llover en la última jornada del tramo no quería faltar a su cita con nosotros, aunque hoy solo haya sido al final.
   El recorrido nos lleva a pasar por los puentes del Cid y el de San Pablo para terminar entrando por el Arco de Santa María donde nos rompió a llover con mucha fuerza.
   El final de esta etapa no puede tener un marco más espectacular que la catedral de Burgos.
 

   Pero el día no había acabo con la llegada, sino que continúo con una comida y una noche “Blanca” para recordar por algunos de los caminantes “Blancos” que nos acompañan en esta aventura.

   La comida la hicimos en el restaurante “Hotel Boutique del Museo”, donde el Cordero y el Rioja no faltaron.
 


   A las 20:30 horas nos fuimos Vicente y yo a disfrutar de las viandas típicas de Burgos, nos tomamos unas cervezas con los clásicos pinchos de Champiñón y de Morcilla.
   Como era “La noche en Blanco” de Burgos, había espectáculos de música y abrían gratis todos los museos y la catedral.
   Como premonición del resultado futbolístico que luego nos llevaría a pagar unos gin tonics en el hotel Abba donde nos alojamos, nos encontramos a una orquesta que estaba tocando la música de los “caminantes blancos” de la serie "Juego de tronos".
 

   El final del día nos llevo a un paseo nocturno por el casco histórico de Burgos en una noche fresca pero agradable que como colofón tubo el espectáculo de luz en la catedral.
 
   Un final por este año que me gustaría acabar con una canción que con seguridad a nuestro capitán le gustara y que representa el carácter de este grupo de Amigos.
 
Daniel Rivero

 




 





 

 

1 comentario:

  1. Fabulosa descripcion, Vicente...de una fabulosa ciudad...que tanto quiero. Mi ciudad....aunque lejana.

    ResponderEliminar