martes, 8 de septiembre de 2020

REINICIO DE ACTIVIDAD EN EL CAMINO


   omenzamos el curso 2020-21, donde tenemos puestas nuestra esperanzas de que la situación actual comience a mejorar para permitirnos culminar nuestro sueño de llegar a Compostela en mayo del próximo Año Santo 2021. Por el momento hay ciertos indicios de ello (vagas referencias a la vacuna para fin de 2020) pero nada es seguro, y en cualquier caso nada será igual que antes de la Pandemia, incluida la forma de hacer El Camino.

  La Ruta Jacobea volvió a reabrirse tímidamente en Julio de este año, como mas adelante describiremos y de ello se sacaron algunas conclusiones de caracter general y que habrá que tener en cuenta para nuestra planificación.


   Como bien es sabido por el grupo, al no poder realizar el tramo destinado a este año (León-O'Cebreiro), habíamos postpuesto dicho tramo para unirlo al planificado para 2021 (O'Cebreiro - Santiago de Compostela), de manera que el tramo completo será León  - Santiago de Compostela desde el 13 de mayo (jueves) y el domingo 30 de mayo, dejando un día antes para ir a León y otro después para volver desde Santiago. Contamos (como ya lo han expresado algunos peregrinos) que no todos realizarán todo el tramo completo, pero esto lo deberemos saber con la máxima precisión antes de Navidad de este año, porque será entonces cuando comenzaremos Dani y yo a comenzar a reservar los lugares de alojamiento.

   Por otra parte a partir del mes que viene comenzaremos la descripción de las etapas que estaban reservadas para el 5º Tramo es decir para 2021 entre O'Cebreiro y Santiago. Las etapas entre León y O'Cebreiro ya están descritas magníficamente por Isidro en el Blog durante los meses de Octubre a Diciembre del 2018, por lo que este año Isidro continuará la descripción donde lo dejo el año pasado.



   La Xunta de Galicia, Ayuntamiento de Santiago y Arzobispado, en coordinación con el Instituto para la Calidad Turística Española, han elaborado un manual de información para la prevención integral del Covid-19 durante el recorrido.


   Las novedades señaladas para el reinicio del Camino comienzan en los albergues, tanto públicos como privados, con controles de aforo, además de reserva y registro de la estancia digitales, aunque nuestra intención es seguir alojándonos en Hoteles, Hostales o Casa rurales donde solo estemos el grupo.

  Se fomentará el pago con tarjeta, se desinfectará la credencial al sellarla y el peregrino se preparará la cama.

   El 1 de julio fue la fecha decidida para la reapertura de los espacios y servicios que hacen posible el Camino de Santiago, de los distintos albergues para peregrinos a la propia catedral en Compostela.

   Reivindicando una recuperación del Camino completamente "segura", las entidades implicadas -Xunta de Galicia, Ayuntamiento de Santiago y Arzobispado- sostienen haber preparado toda clase de medidas de higiene y distancia. Para que ningún peregrino renuncie a emprender la ruta jacobea por miedo a la pandemia.

"Albergues seguros"

   Las novedades señaladas para el reinicio del Camino comienzan en los albergues, tanto públicos como privados. En ellos se han establecido aforos que limiten la ocupación de las habitaciones y han encontrado vías seguras -una aplicación móvil- para la reserva de plazas.

   Una vez en el albergue, el peregrino se registrará electrónicamente, insistiendo en evitar el contacto físico con los trabajadores. Igualmente, se fomentará el pago con tarjeta y se desinfectará la credencial al sellarla.


   En las habitaciones, se ha dispuesto una separación de 2 metros entre cada litera, y se pedirá a los peregrinos que se hagan ellos la cama.

Un manual preventivo

   Para aclarar todos estos pormenores que pretenden garantizar la seguridad anti-Covid, se ha publicado un manual preventivo, que explica un protocolo recomendado para llevarse a cabo en los diferentes servicios e infraestructuras relacionados con el Camino de Santiago, de principio a fin.    Elaborado en coordinación con el Instituto para la Calidad Turística Española, el manual abarca la información vinculada con la contratación de servicios, la relación hospitaleros-peregrinos e incluso la recogida de la Compostelana en la Oficina del Peregrino, al llegar a Santiago.


   Correos, por último, también ha reactivado la posibilidad de contratar el Paq Bicicleta, el Paq Peregrino o el servicio de transporte de mochilas.

¿Cómo han ido los primeros 25 días de Julio?


   La plaza del Obradoiro lucía el 25 de julio, festividad del Apóstol Santiago, diferente a otros años. Si en el día grande de Galicia se esperaban habitualmente entre 2.000 y 3.000 peregrinos, ayer se presentaron solo 500 a recibir su compostela, informaba con desánimo la Oficina del Peregrino. Había esperanza por parte de los responsables de los albergues gallegos de que la situación mejorara al acercarse el día del patrón de España, pero no fue así. Los albergues públicos gallegos recibieron permiso para volver a abrir a partir del pasado día 1 de julio, pero son muchos los que aún mantienen la persiana bajada debido a la falta de demanda. «Nosotros empezamos el 29 de mayo y de momento no hemos recibido más que unos diez peregrinos cada día como mucho; el resto son gente del pueblo», cuenta Elena Pérez, empleada del hotel-restaurante O Acivro, en el municipio coruñés de O Pedrouzo.

   A tan solo 20 kilómetros de la capital gallega, O Pedrouzo destaca como una de las últimas poblaciones del Camino de Santiago francés antes de su conclusión en la plaza del Obradoiro. En verano, los andariegos inundan los arcenes y senderos, llegando en ocasiones a desbordar los bares y casas de comidas que jalonan la ruta más popular de cuantas componen los flujos de peregrinación hacia la Catedral compostelana. Una estampa que en nada se asemeja al aspecto que presenta la vía francesa del Camino en plena temporada alta de este fatídico año 2020.


   La situación y expectativas de cada alojamiento, no obstante, son variables. Los hay, por ejemplo, que han optado por abrir únicamente los días en los que tengan un número mínimamente rentable de clientes. Es el caso del albergue Milpés, en la aldea de Rivadiso (Arzúa), cuyo propietario, Aitor de la Iglesia, da la temporada por perdida. «Es algo que estamos haciendo muchos de nosotros, porque no nos sale a cuenta abrir, por ejemplo, para una sola persona», explica.

   Afuera, en la carretera, donde antaño solían desfilar hileras de personas cargadas con mochilas, objetos religiosos y bastones, apenas se atisban ahora pequeños grupos de no más de diez personas. La mayoría van en pareja, muchos tras haber aplazado el viaje, y prácticamente todos son españoles, especialmente de Madrid, Barcelona y Galicia. «Vimos en el telediario que reabrían los albergues y ni nos lo pensamos, cogimos el coche y vinimos», cuenta en la entrada a O Pedrouzo Jaime Furadada, un barcelonés que venía desde Arzúa con su pareja.

   Aunque no es una tendencia generalizada, sí que son varios los que, como él, este año han optado por alojarse en hoteles y no en albergues, como es lo habitual. El precio es varias veces superior (una noche en un albergue cuesta una media de diez euros), pero arguyen que les transmite más seguridad. «Tienes más privacidad, claro, y no compartes habitación con otras personas», resalta Furadada, que repite en el Camino por segundo año consecutivo, esta vez en el tramo Ponferrada (León)-Santiago.


Diez semanas confinada

   Se encuentran estos días también historias curiosas fruto de los acontecimientos de los últimos meses. Tal es la de Madalina, una joven rumana a la que la declaración del estado de alarma le pilló en San Martín del Camino, una pedanía de 350 habitantes de la provincia de León. Había partido de Logroño, en febrero, y se vio forzada a pasar diez semanas en un albergue de la población leonesa con la única compañía de la responsable del centro y su hijo. «Me dedicaba a ayudarles con sus tareas domésticas, sacaba al perro...», dice con cierta resignación, pero agradecida por la hospitalidad de sus anfitriones.

   El desplome de la afluencia se ha hecho notar también en los comercios de la zona, sobre todo aquellos enfocados hacia el turismo. Un ejemplo son las tiendas de souvenirs. «En tres días solo me han entrado tres personas, y ninguna se ha llevado nada. Al final, los extranjeros son siempre los que más compran, y ahora mismo la poca gente que hay es toda española», relata José Antonio Mayo, propietario de una tienda de artículos del Camino en O Pedrouzo.



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