37 kilometros de Burgos, El primer monumento que se encuentran los peregrinos que recorren el Camino de Santiago antes de entrar a la villa de Castrojeriz son las ruinas del Hospital general de San Antón o San Antonio Abad, para mi es uno de los lugares mas evocadores de la magia del Camino, donde al pasar por los arcos sientes que la Historia entra en ti y cruzas por un túnel del tiempo que te transporta a tiempos de la Edad Media.
San Antón fue palacio y Huerta del rey Pedro I de Castilla y posteriormente fue acogido por la orden de los antonianos. A partir de la disolución de la orden a finales del siglo XVIII y la desamortización del siglo XIX llevó al lugar al estado actual de ruinas.
El monasterio estuvo bajo la protección real, como se ve en los escudos reales en el pórtico de la iglesia y en las claves de las bóvedas. Aunque fundado por Alfonso VII en el año 1146 los restos que quedan son del siglo XIV.
Nada más llegar se observa que el convento está semiderruido, pero también se percibe que aquel es un lugar mágico. Lo primero que llama la atención es que los coches y por ende los peregrinos pasan por debajo de dos arcos del siglo XVI que protegen la entrada principal. Este pórtico está ornamentado con una portada de arquivoltas, decoradas con esculturas en cada dovela. Todavía se distinguen las dos alacenas para alimento de los peregrinos que llegaban a horas intempestivas.
Al entrar en el recinto se puede apreciar la estructura de tres naves, así como el signo de la Tau. Este símbolo fue usado por los templarios con lo que el interés por el enclave se acrecentaba.
El signo de la Tau ha sido utilizado en varios momentos de la historia como representación de la cruz. Muchos historiadores han asegurado que las cruces romanas tenían la forma de la última letra del alfabeto hebreo. De hecho esta representación de la cruz ha sido encontrada en diferentes catacumbas paleocristianas. Sin embargo, quien popularizaría este símbolo fue San Francisco de Asís. Un hermano de la Orden franciscana vio la Tau en la frente del santo y desde aquel momento éste la usó como símbolo de la cruz y de penitencia. El santo la recomendaría en sus conversaciones e incluso firmaría con ella. En vida de San Francisco, al menos desde 1191, se utilizaba como signo de pertenencia a la orden y de su vocación caritativa. Los Crucíferos o Antonianos de San Antonio Abad, regentes en Asís del hospital de San Salvador de las Paredes, también la utilizaron como signo distintivo. En Jerusalén, una orden caballeresca que participó en la Segunda Cruzada era conocida como “Orden de la Tau” y sus miembros llevaban esta cruz en el cuello de la capa. Durante las cruzadas la Orden del Temple conocería este tipo de Cruz, posteriormente introduciéndolo en la Península y en las rutas a Compostela. Es decir, en muchos puntos del Camino de Santiago se puede encontrar la Tau.
Se planteaba pues una incógnita: Si la Tau representa a la orden franciscana ¿por qué este lugar estaba dedicado a San Antonio (o San Antón)? También existió una Orden de los Caballeros de San Antonio, pero ¿cuál era el origen de la Orden? Pues bien, aquí es donde realmente se demuestra la importancia de este monasterio, que sin duda ayudaría al Camino de Santiago a acrecentar su lado “milagroso”.
Fraile antoniano atendiendo a enfermo del "Fuego Sagrado" |
San Antonio Abad |
Pocos días después Girando estaba completamente restituido, con lo que ambos nobles cumplieron lo prometido cosiendo en sus vestiduras la señal del báculo que les había dado el ermitaño. Nacía la Orden de los Caballeros de San Antonio, cuya constitución fue aprobada por Urbano II en 1095. Los primeros antonianos, vestidos con hábito negro y letra tau azul en el pecho, eran seglares hasta que, en 1218, recibieron los votos monásticos de Honorio III. Ochenta años después, en 1297, adquirieron cánones propios, adscritos a la regla de san Agustín, por parte de Bonifacio VIII. La orden se extendió por Francia, España e Italia y dio a la Iglesia numerosos eruditos y prelados, siendo los encargados de la salud dentro de la curia vaticana.
La orden llegaría ser muy poderosa, sobre todo porque aquellos peregrinos aquejados del “fuego sagrado” curaban. Era todo un ritual con el que quedaba legitimado tanto el poder del Camino de Santiago, como de la Orden de San Antonio.
Báculo de San Antonio |
Pan de Centeno |
Espiga de Centeno contaminada por el hongo |
El pan que se consumía por los afectados (del Centro y Norte de Europa) estaba hecho de centeno, pero al ingerir el pan de San Antonio, hecho con trigo se aliviaban los males. Por eso, al volver a casa y retomar su dieta habitual volvían a enfermar.
Claviceps purpurea |
Molécula de Ergotamina |
Ergotismo crónico ("Fuego de San Antón") |
Y allí, en ese pórtico del monasterio de San Antón, junto a las alacenas por donde se dispensaba el pan a los peregrinos se producía el “milagro”. Y aunque éste ha quedado demostrado por la ciencia, para aquellos infelices aquejados por el Fuego de San Antonio el Camino de Santiago cambió sus vidas.