sta es una etapa sin la más mínima complicación, discurre en línea recta desde Frómista hasta Carrión, atravesando los
pequeños pueblos que encuentra en el camino: Población de Campos, Revenga de Campos, Villarmentero de Campos y Villalcázar de Sirga. Aapenas 20 kilómetros por una senda especialmente hecha para los peregrinos y paralela a la carretera para evitar los riesgos de la circulación, separan a ambas poblaciones.
Tenemos la opción de alejarnos del camino oficial unos kilómetros tomando la variante por Villovieco.
1. Frómista - Población de Campos - Km. 3.8
Se sale de Frómista en dirección hacia la P-980 que llegará a Carrión de los Condes. Hay que sortear un par de rotondas, colocadas entre el puente sobre la autovía A-67, para tomar un nada reconfortante andadero que circula en paralelo a la carretera. Mojones jacobeos, alineados matemáticamente de dos en dos; el rápido rodar de los coches y de nuestros compañeros "bicigrinos" y la planicie sembrada que parece no tener fin son los únicos elementos de distracción en todo el tramo. La primera localidad en salir a nuestro encuentro es Población de Campos.
Desde mediados del siglo XII, Población de Campos fue señorío de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. La prueba documental que lo certifica es un privilegio otorgado por Alfonso VII en Salamanca el 24 de junio del año 1140 por el que entregaba a la Orden del Hospital la villa de Población.El señorío y jurisdicción de los sanjuanistas no tardó mucho en establecerse sobre la villa que poco tiempo después quedó constituida en cabeza de la abadía del mismo nombre.
2. Población de Campos - Revenga de Campos - Km. 7.5
A la salida de Población de Campos y justo antes de cruzar el puente surge una variante a la derecha que conduce a Villovieco, Esta opción es un poco más larga, sobre unos dos kilómetros a mayores, pero discurre a través de una senda arbolada al margen del río Ucieza, entre campos de cereal y diversa flora y fauna.
Los que crucen el puente seguirán por el andadero que ya conocemos y que nos lleva directamente a Villarmentero de Campos
Los que crucen el puente seguirán por el andadero que ya conocemos y que nos lleva directamente a Villarmentero de Campos
Según cuenta la historia, Revenga de Campos se fundó en la décima centuria junto al río Uciega. Este municipio es la localidad natal del guerrillero Bartolomé Amor, héroe de la Independencia, enterrado en el cementerio del pueblo, el general dispone de un monolito en su honor.
En esta localidad, que cuenta con área de descanso para peregrinos, destaca la iglesia de San Lorenzo, barroca, del siglo XVI,con crucero estilo barroco y retablo mayor, dorado, del siglo XVII. La talla del santo es del siglo XVIII. De la antigua iglesia de San Juan no queda ninguna huella. En este pueblo también hay numerosas casas blasonadas.
3. Revenga de Campos - Villarmentero de Campos - Km. 9.5
Revenga es una pequeña población con un bar a la entrada y un área de descanso a la salida y a la sombra de unos pinos piñoneros. A modo de tiralíneas continuamos hasta Villalcázar de Sirga, localidad que se cruza por un lateral pero que merece una detenida visita
Los que vienen por la margen del río, en las inmediaciones de Villovieco y Villarmentero de Campos, podrán optar por continuar su camino por la senda arbolada o desviarse para salir a la carretera (a unos 500 metros) y continuar por la sirga principal, andadero que ya conocemos completamente pegado al asfalto.
Tierra de Campos: tierra de soberbios y típicos palomares, que abundan a lo largo y ancho de la sirga. Desde la torre de su iglesia parroquial dedicada a San Martín de Tours se divisan algunos de estos palomares, así como la ermita de Nuestra Señora del Río, ya cerca de Villalcazar de Sirga y a la derecha de la ruta.
Se cuenta que las reliquias de San Martín llegaron a lomos de un solitario asno y que al entrar en el templo, empezaron las campanas a tocar solas.
A la salida del pueblo, una área de descaso con tres pinos centenarios invitan al peregrino a tomarse un respiro bajo su sombra.
Entrada a Villarmentero de Campos |
Iglesia Parroquial de Villarmentero de Campos |
A la salida del pueblo, una área de descaso con tres pinos centenarios invitan al peregrino a tomarse un respiro bajo su sombra.
4. Villarmentero de Campos - Villarcázar de Sirga - Km 13.5
Los que opten por continuar su camino por la senda arbolada, al abandonar este paraje, tomar la carretera comarcal.
También conocida como Villasirga (Villa-camino), perteneció durante mucho tiempo a la Orden del Temple y posteriormente fue patrimonio privado de diversas familias nobles. Este asentamiento templario tenia como vocación la tutela de la "Sirga Peregrinal". Y como resto de su soberbia instalación nos ha quedado su fortaleza, la, hoy, impresionante Iglesia templaria de Santa María la Blanca, templo románico de transición con sus torres y majestuosos pórticos de excepcional riqueza escultórica. Mucho arte por destacar en su interior, pero es quizás el impresionante sepulcro del Infante Don Felipe su joya más preciada.
Villarcázar de Sirga |
Santa María la Blanca |
Diversos milagros se atribuyen a la Virgen Blanca de Villasirga. El Rey Alfonso X le dedicó catorce milagros en sus cantigas. La curación de un peregrino alemán que estaba paralítico, despertó una gran devoción entre todo el mundo peregrino.
El Ayuntamiento está ubicado en un edificio palacio del siglo XVIII que perteneció a los Condes de Villasirga, un pasadizo secreto lo comunicaba con la iglesia. Varios hospitales prestaron asistencia al peregrino en la época medieval.
El Ayuntamiento está ubicado en un edificio palacio del siglo XVIII que perteneció a los Condes de Villasirga, un pasadizo secreto lo comunicaba con la iglesia. Varios hospitales prestaron asistencia al peregrino en la época medieval.
A su salida nos encontramos con una hermosa ermita reconstruida del Siglo XVIII, sobre restos de antiguas edificaciones de los siglos XIII y XIV, donde unos setecientos cofrades de Villalcazar de Sirga y comarca, veneran a su patrona la Virgen del Rio y, a unos 1000 metros, ya en Villalcázar de Sirga enlazamos con la Sirga principal hacia Carrión de los Condes.
5. Villarcázar de Sirga - Carrión de los Condes - Km. 19.3
Abandonamos Villalcázar de Sirga para retomar nuestro querido andadero. En este tramo final rompe la horizontal con alguna que otra cuesta sin importancia. No hay sorpresas hasta Carrión de los Condes.
A orillas del río Carrión, en tiempos fue ciudad amurallada y estructurada en dos barrios divididos. Como en el siglo XII, diversos albergues, tiendas de todo tipo e iglesias.
Entrada a Carrión de los Condes |
Hasta 14.000 habitantes llegó a tener Carrión a finales del siglo XII, atendidos por doce parroquias y otros tantos hospitales que dieron cobijo a los muchos peregrinos que a esta villa llegaban, fue por tanto, la ciudad más importante de Tierra de Campos. Aymeric Picaud la describe como una de las más activas e industriosas, "rica en pan, vino, carne y todo tipo de productos".
Monasterio de San Zoilo |
Uno de sus hospitales más famosos fue el que, a principios del siglo XIII, fundó Don Gonzalo Ruiz Girón, mayordomo del Rey, más tarde conocido como Hospital de la Herrada. Cercano al actual Monasterio de San Zoilo, se dice de él, que los peregrinos recibían "de mayo a octubre medio pan, y de noviembre a abril un pan entero".
Convento de Santa Clara |
Al entrar en Carrión y antes de alcanzar su recinto amurallado, se encuentra la Ermita de la Piedad y un poco más adelante, también extramuros, el convento de Santa Clara recientemente restaurado.
Iglesia de Santiago |
De las seis iglesias que quedan en pie, la de Santa María del Camino y la iglesia de Santiago con un impresionante friso escultórico en la fachada, representando el Pantocrátor con los apóstoles, son, sin duda, las de mayor belleza e interés.
Claustro de San Zoilo. Carrión de los Condes |
La salida es un descenso hacia el río y, tras cruzarlo, se halla el Monasterio de San Zoilo del que se conserva un magnífico claustro renacentista. El resto de las instalaciones han sido transformadas, en la actualidad, en hospedería de lujo. Las reliquias de San Zoilo y San Felices, traídas de Córdoba por el primogénito de los condes fundadores, Don Fernando Gómez, fueron muy veneradas por los peregrinos.
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