 ituada en       pleno Camino Jacobeo, Frómista es referente obligado en el románico       palentino y español merced a su iglesia de San Martín. Es la iglesia       del monasterio benedictino que fundara doña Mayor, condesa de Castilla       y viuda de Sancho III el Mayor rey de Navarra. Existen documentos de 1066,       "mandas testamentarias", en las que la citada doña       Mayor lega fondos para su edificación. A pesar de disgustar al desaparecido       profesor y amigo García Guinea, he de referir que la actual tendencia       de los investigadores medievales apunta hacia el año 1100 como fecha       probable de edificación del templo, que toma al modelo jaqués       como referente.
ituada en       pleno Camino Jacobeo, Frómista es referente obligado en el románico       palentino y español merced a su iglesia de San Martín. Es la iglesia       del monasterio benedictino que fundara doña Mayor, condesa de Castilla       y viuda de Sancho III el Mayor rey de Navarra. Existen documentos de 1066,       "mandas testamentarias", en las que la citada doña       Mayor lega fondos para su edificación. A pesar de disgustar al desaparecido       profesor y amigo García Guinea, he de referir que la actual tendencia       de los investigadores medievales apunta hacia el año 1100 como fecha       probable de edificación del templo, que toma al modelo jaqués       como referente.
   El estilo       de San Martín representa la plenitud del modelo Jaqués, edificada       con un claro programa y sin interrupciones, lo que se aprecia en la coherencia       de sus volúmenes. Junto con Santiago       de Compostela, San       Isidoro de León y Jaca       representa la cumbre del arte románico español del S XI.
A caballo entre el XIX y el XX (1894-1904) fue desmontada y reconstruida por Manuel Aníbal Álvarez y Amoroso, eliminando estructuras añadidas, reconstruyendo partes desaparecidas e inventándose alguna zona, como la portada apuntada del muro sur del transepto, allí donde hubo sacristía adosada, casi todo el hastial de poniente, y 86 de los 320 canecillos; entre otras cosas. Se dice que "parece recién hecha" de lo excesiva que fue esa intervención; pero ello no le resta en absoluto ni un ápice de su mérito ni belleza integral que nos muestra a las claras cómo debió de ser el edificio en origen.
A caballo entre el XIX y el XX (1894-1904) fue desmontada y reconstruida por Manuel Aníbal Álvarez y Amoroso, eliminando estructuras añadidas, reconstruyendo partes desaparecidas e inventándose alguna zona, como la portada apuntada del muro sur del transepto, allí donde hubo sacristía adosada, casi todo el hastial de poniente, y 86 de los 320 canecillos; entre otras cosas. Se dice que "parece recién hecha" de lo excesiva que fue esa intervención; pero ello no le resta en absoluto ni un ápice de su mérito ni belleza integral que nos muestra a las claras cómo debió de ser el edificio en origen.
   Los monarcas       encabezados por el ya desaparecido Sancho III el Mayor: Sancho IV en Navarra,       Ramiro I y Sancho Ramírez en Aragón y Navarra, Fernando I       y Alfonso VI en León y Castilla son los que en acertada expresión       de García Guinea edificaron por si mismos o por sus familiares el "Románico       Dinástico", el más importante y bello románico del S XI español:        Leyre, Jaca, Loarre, San Isidoro de León,        Santiago       de Compostela, Frómista, San Zoilo de Carrión       y Nogal       de las Huertas son los templos que fruto de ese       empeño han llegado hasta nosotros.
   San Martín       es una preciosidad de templo. Libre de cualquier impedimento que dificulte       su contemplación  podemos circunvalarlo y hacernos       una perfecta idea de su estructura. A ello contribuye el hecho de que aun       siendo un templo de planta basilical, y erigido "a lo grande"       goza de unas dimensiones apropiadas para poderlo contemplar en su totalidad. 
   Posee planta       rectangular de tres naves rematadas al este por medio de sus respectivos       ábsides. Más alta la central y su cabecera correspondiente.       Tras la cabecera, el crucero, que no destaca en planta al igual que ocurre en su       modelo: la catedral de Jaca. Sobre el mismo hay una edificación octogonal       que contiene linterna y bóveda. Posee cuatro       tramos en sus naves, separados por otros tantos pares de pilares cruciformes       con semicolumnas adosadas.
   Cada uno       de sus muros laterales posee una portada inscrita en cuerpo ligeramente       resaltado, a la altura del segundo tramo en el lado sur y en el tercero       en el norte. La portada oeste, neorrománica procedente de la restauración,       se pone en duda que existiera. Tres ventanales       de medio punto, uno por tramo -salvado en cada caso el de la puerta- iluminan       el templo a través de sus muros laterales. La estructura       es igual en todos ellos: Doble arquivolta, de bisel la exterior y de baquetón       la interna, que apea en capiteles de diversos motivos y columnillas. 
   Por       fuera, guardapolvo de ajedrezado jaqués que continua con moldura       del mismo tema a la altura de los ábacos recorriendo el muro. Otra       moldura ajedrezada paralela a la anterior, corre por los muros a nivel del       alféizar de los ventanales.
   Dos torres       cilíndricas enmarcan el hastial de poniente aportándole una       especial gracia y equilibrio de formas y volúmenes
   Los cilindro       absidales se dividen en lienzos: tres en el central y dos en los laterales,       mediante semicolumnas adosadas, que rebasada la moldura ajedrezada del nivel       inferior de los ventanales (más altos en el central) se continúan       con columnas adosadas con su basa y capitel que colabora a sustentar el       alero. Todo ello siguiendo el modelo jaqués, que podemos ver en su       magnífico ábside       sur.
 
 
 
 
  
   A Frómista       hay que volver una y otra vez para saborear su embrujo. Hay que llegar allí       cuando el sol se levanta en las suaves madrugadas del mes de Agosto. Y volver       cuando la tarde cae para descubrir esos tonos rojizos en sus piedras.toda la fachada septentrional       se ilumina. Y ello se debe a que la orientación del mismo está notablemente       desviada hacia el nordeste. Tanto, que las últimas luces del día       llegan a iluminar el lateral de su ábside norte.
   Aquellos       hábiles constructores sabían bien como orientar los templos.       Y no creo ni por un momento que se trate de un error de cálculo de       los mismos. Es algo hecho a propósito. Y es posible que sea factible       la teoría en la cual se alude a la orientación del mismo hacia       el sol naciente del día en que se se celebra la festividad del santo       al que se encomienda el templo.









 
No hay comentarios:
Publicar un comentario