viernes, 16 de octubre de 2020

TRIGÉSIMO CUARTA ETAPA (11ª JORNADA IV-V TRAMO)

ueve kilómetros, hacia lo más profundo del valle, alternando asfalto y sendas, separan Triacastela del Monasterio de Samos (al que dedicaremos una próxima entrada). Tras recorrer los primeros tres kilómetros, el camino discurre por numerosos atajos que evitan los rodeos que dibuja la carretera y algunas pequeñas aldeas, como San Cristóbal, Lusio, Renche y San Martín el Real.
   Isidro se encargará de mostrarnos los detalles a los que debemos estar atentos a lo largo de la jornada.

Triacastela - Sarria (21,5 Kms)

   ¿Por San Xil o por Samos? Gran dilema, pues ambos son caminos del máximo interés. Por el valle San Xil cruzamos uno de los valles más bonitos de toda la ruta jacobea; por Samos, 7,2 km más largo, atravesamos espectaculares bosques de robles y castaños a la vera del río Oribio (o Sarria), regalándonos además la visita al extraordinario Monasterio de Samos. Ojalá todas las decisiones en la vida fueran como esta: tanto por San Xil como por Samos... ¡acertaremos!

   Nosotros tenemos varias razones para pasar por Samos, la principal es que aquí hunde sus raices un peregrino del grupo, José Valdés, ya que su padre nació es este pueblo. Por este itinerario la distancia recorrida es de 21,5 kilómetros. Los mojones jacobeos que marcan la distancia de medio en medio kilómetro no los veremos en este itinerario, poblado sin embargo por las características flechas amarillas. La ruta acompaña el discurrir del río Sarria, también conocido por el nombre de río Oribio, ya que se forma en las laderas de este monte en el Concello de Triacastela. 






Km 0: Triacastela

   En Triacastela es donde el peregrino debe tomar la decisión de continuar por la variante de San Xil o seguir la Ruta que nosotros definimos como principal que conduce a Samos. Por nuestra parte y en nuestro modesto entender apreciamos como principal la que nos lleva a Samos, pues nos parece que Perderse el impresionante Monasterio de Samos es mucho perderse. No obstante la variante de San Xil ofrece un recorrido de particular encanto, y que por supuesto recomendamos a todos aquellos peregrinos que ya hicieron la bajada a Samos.

Km 3.2: Sancristobo do Real

   Al dejar Triacastela, cogiendo la ruta que lleva a la población de Samos, asfaltada en su primer tramo, se puede observar la zona denominada Desfiladero de Penapartida por donde pasan la carretera y el río Oribio rodeados de peñascos y vegetación. Una vez se deja el asfalto se introduce uno en el Camino Real o del Oribio. Este segundo tramo de la ruta debe su nombre al hecho de que era el camino que utilizaban los reyes para acceder al monasterio.

Desfiladero de Penapartida

  Cuenta la leyenda que en este punto, la Virgen, en su peregrinación hacia Compostela, se encontró con una roca de grandes dimensiones que le impedía el paso y mandó bajar a los ángeles para que con un rayo la destruyeran, cosa que hicieron. De ahí su nombre; ya que dicha roca, ¿pena¿ en gallego, quedó partida para facilitar que la Virgen prosiguiera su peregrinación.

  El recorrido discurre en un permanente descenso y muy pegado a la carretera en los tres primeros kilómetros, luego por angostas, pero atractiva senda se llega a Sancristobo.


   Pueblo del que ya se tiene constancia en el siglo XII, que alberga un típico cementerio de la zona, un viejo molino, y el pazo y antigua herrería de Lusío, donde se fabricaron las rejas de la Catedral de Lugo.

   La casa de Lesio es una Noble mansión solariega, con su blasón, de dos plantas con torre cuadrada, cornisa moldeada por toda la fachada.


   Se encuentra dominando un alto con bellos paisajes.

   Casa fundada por Lope Vázquez de Vilamexe y su esposa Leonor Alfonso de Balboa en 1551. Es la casa en la que nació el matemático Vicente Vázquez Queipo, autor de la tabla de los logaritmos.

  Siguiendo el curso del río Oribio, partimos de San Cristobo do Real pasando al lado del cementerio. Durante un trecho la senda discurre por un encajado camino. Y sólo en este trecho tendremos que acometer un breve ascenso a Renche por una pista.

Km 4.8: Renche

      Este enclave destaca además por su arquitectura de tipo popular y la vegetación que lo cubre, compuesta por especies autóctonas como robles, abedules y castaños.


   El papa Paulo III, el 2 de abril de 1538, donó el templo al monasterio de Samos para que los monjes acudiesen con el “sustento ordinario y vino a los peregrinos que pasaban en romería a visitar el cuerpo del Apóstol”.


   Actualmente es la iglesia parroquial, con advocación a Santiago Apóstol. En su interior alberga una imagen de Santiago peregrino.


   De Renche a Samos es una prolongación de los tramos anteriores, continúa el descenso, bien señalizado, siguiendo el curso del valle, al tiempo que nos encontramos con pequeñas aldeas como Lastres, Freituxe y San Martiño do Real.

Freituxe


  La primera vez que se hace referencia a Freituxe, es en el testamento mayor del Obispo Odoario, en el que aparece como Villa Fructuosi, en el año 747.


   La iglesia parroquial fecha del s. XVII. Edificio de planta rectangular y muros de cachotería, en loseta y alguna cuarcita, enlucidos. La cubierta, la dos aguas, es de madera y loseta. Atravesando un arco de medio punto peraltado, se accede, desde la nave, a la capilla mayor, tras de la que está la sacristía que posee encima de la puerta de entrada una escultura de S. Antón de Padua y dentro de ella otra de Santiago Apostol.


   En el altar mayor hay una talla del Sagrado Corazón realizada por Magariños y nuestra señora de los Remedios y un San José del siglo XVII y varias tallas más del mismo siglo. En el mismo retablo mayor encontrará otra escultura de SANTIAGO, EN ESTE CASO ECUESTRE.



   La proximidad de Samos se intuye pero no se descubre hasta que casi se tropieza con espectacular y sobrecogedor Monasterio. Sin duda es de los lugares que más impresionan al peregrino.

San Martiño de Lousada

   Pero antes de entrar en Samos nos detendremos en la iglesia de San Martiño de Lousada (Samos) que es una de las primeras manifestaciones del románico de la provincia.


   A pesar de su valor, se encuentra en estado de ruina y está cerrada al culto desde hace cuatro décadas.

   Esta iglesia es un edificio de origen románico de volumen sencillo y ornamentación austera. Posee un ábside cuadrado y una nave principal rectangular a la que se arrima una nave lateral al norte, separada por dos arcos de medio punto. Entre el altar mayor y la nave principal hay un arco también de medio punto. Al norte del ábside se sitúa una sacristía. La cubierta del presbiterio era a cuatro aguas, más alta que la de la nave principal a dos aguas, configurada con el sistema de par e hilera en madera y con loseta como acabado exterior.


   Frente a la fachada principal existe un cabildo a dos aguas a través del que se llega a la portada principal realizada en cantería de granito y arco de medio punto superior. Otra puerta más sencilla da acceso a la nave lateral. Los muros y los tres arcos interiores están realizados en mampostería de loseta cubiertos de revocadura de cal. El campanario de doble arco se eleva sobre la portada de la fachada principal. El pavimento interior es de grandes pizarras negras de calidad. En el interior se conserva una pila bautismal de granito, con cuenca y pilastra, así como restos de pinturas murales de carácter popular en los arcos.

Km 8.8: Samos

   

   Samos es una pequeña localidad que forma parte de la Comarca de Sarriá, emplazada en un pequeño y angosto Valle, a la derecha del río Ouribio, que nace y crece a la vera del Monasterio, al que dedicaremos la siguiente entrada del Blog.


   En lo hondo de un valle encajado entre montañas, se encuentra el gran monasterio de los Santos Julián y Basilisa de Samos, uno de los cenobios más antiguos de España, fundado en el s. VI por san Martín de Braga, el responsable de la conversión al catolicismo del pueblo suevo.




Capilla del Salvador o del Ciprés

   Se encuentra a unos cien metros del monasterio y es el resto más antiguo que conserva éste. Posiblemente se tratara de una celda monástica.

   Su construcción en lajas de pizarra data del final del siglo IX o principios de siglo X, de ahí que responde al estilo mozárabe. Consta de dos cuerpos de planta ligeramente trapezoidal, nave y cabecera. Un rasgo característico es que la puerta está situada en un lateral sur cuya curvatura tiende a la forma de herradura.


   En la fachada principal, mirando al río Oribio, podemos apreciar una ventana de doble arco a la que le falta el parteluz. En el interior resalta el arco triunfal elíptico que en sus formas tiende a la de herradura y también hay que destacar sus pinturas al fresco de influencia astur.

   Casi adosado a la Capilla se encuentra un gran ciprés milenario de 25 metros de altura y de unos 3,25 metros de perímetro. Está considerado entre los 50 árboles más notables de España. Su parche negro es causa de una herida ocasionada por un rayo.

   Circula una leyenda que dice que la herida fue ocasionada en 1.926 al prenderle fuego a un panal de abejas que, por causas obvias, se quería eliminar del árbol. El parche cumple la doble función de protección y de ayuda a la regeneración natural del árbol.


Fuente de las Nereidas

   En el interior del Monasterio, en uno de sus claustros se encuentra esta fuente que choca por su temática pagana en un centro religioso.

  Transcurren los hechos en la localidad de Samos, donde en el claustro del monasterio se puede encontrar una fuente formada por cuatro extrañas figuras femeninas con cuerpos de serpiente y cabeza y pechos de mujer. 


   Así parece ser que, en una ocasión, la autoridad eclesiástica, considerando que aquellas figuras no debían estar en un lugar tan visible del monasterio, ordenó trasladarla a otro lugar.

   Ya desmontada, al disponerse a transportar las piezas, éstas de repente aumentaron de peso de tal manera que no hubo forma de moverlas de allí.

   Ante semejante situación, no quedó más remedio que volver a reconstruir la fuente en el mismo sitio que estaba, para lo cual milagrosamente recuperaron su peso normal, dejando claro que la fuente no tenía intención de moverse del monasterio.

   

Km 12.7: Teiguín


    Saliendo de Samos y con el río acompañándonos a la izquierda, dejamos atrás el monumento al peregrino para llegar a Teiguín, donde hay un área recreativa para comer al aire libre. Y la ermita de Sto Domingo de Silos.



   Una de las constantes de este tramo son las cuidadas sendas y pequeños parques, que aprovechando los remansos del río se han construido como zonas de descanso. Una delicia para la vista y para el espíritu.


   Al poco de salir de Teiguín se puede continuar por la calzada principal, o por una senda que surge a la derecha bien señalizada. Es un andadero alejado de la Carretera que va al encuentro del Camino de San Xil.

   Esta opción es quizás más peregrina, por supuesto menos peligrosa, ya que carece de tráfico, y además discurre por un rosario de pequeñísimas aldeas, que son un auténtico placer.

   Dichas pequeñas aldeas son por este orden las siguientes: Pontenova, Pascais, Gorolfe, Veiga de Reiriz, Sivil y Perros. Finaliza desembocando en el Camino que viene de San Xil a la altura de San Mamede do Camiño.

   El tramo, en ascenso, no ofrece mayores dificultades por estar bien señalizado hasta Pascais, en cuyo punto hay que seguir en línea con el cementerio hasta un camino que surge a la derecha y que, en cierto modo invierte el sentido para descender hasta un puente de cemento. La corredoira finaliza en un precioso paraje ribereño, el cual bordeamos hasta Gorolfe. A partir de ahí se toma una pista y por un valle abierto se llega a otra de cemento, que sigue a Veiga de Reiriz. Se cruza el río y por su margen derecha se alcanza Sivil. Lugar que se abandona en cuesta pero pronto llegamos a Perros y Aguiada, donde enlazamos con la otra ruta.


Pascais

Iglesia de Santa Eulalia

Iglesia románica del siglo XII en la cual lo más destacable es su retablo barroco de un solo cuerpo de tres encasillamientos, ático con hornacina y columnas salomónicas de racimos.


   Del románico conserva el ábside y su lado norte además de una puerta de arco de medio punto. 

   La nave es elevada, amplia y cubierta a dos aguas. Más tarde le adjuntaron un espacio de forma rectangular y una sacristía. Dedica sus imágenes a Santa Eulalia, La inmaculada, San Benito y San Pedro.

Gorolfe


En Gorolfe nos recibe esta ermita de mampostería de pizarra, con una serie de ventanas abocinadas y tejado a tres aguas

Vega de Reiriz


   Nada más dejar atrás las casas de A Veiga y escasos metros antes de atravesar A Ponte da Veiga, en la margen izquierda del Camino nos encontramos éste singular peto de Ánimas.


   En Galicia los petos de Ánimas tienen la finalidad de ofrecer limosnas de todo tipo a las Animas del Purgatorio.


   En este caso, no dispone de hucha y tampoco se representan las almas en el fuego del purgatorio, como es frecuente ver en otros petos, si está presente la figura que las vela.


Sivil 


Perros 


San Mamede


Km 16.7: Ayan 

   El Camino se despista un poco del curso del río, para dirigirse, a caballo de la carretera hacia Ayán. Sigue siendo un ligero descenso al tiempo que alterna con pequeños atajos y caminos cercanos a la calzada.

 Km 21.5: Sarria

    Como ya hemos señalado, este tramo es para aquellos que han optado caminar por la carretera. Quizás es menos agradable, por ser algo más árido y porque el acceso a las ciudades por sus zonas periféricas y más transitadas, siempre son menos atractivas.

   Pero estamos completamente seguros, que tanto si se decide seguir esta opción como tomar la referida en el tramo anterior, cualquiera de las dos, por supuesto nos llevan a Sarria, y ambas significan seguir disfrutando del maravilloso paisaje que, prácticamente en descenso, se viene disfrutando desde O Cebreiro.


   De la Villa de Sarriá, hay que destacar el casco viejo, que ocupa la ladera del un «outerio», en cuyo lugar y en la antigüedad más remota hubo un asentamiento romano. Posteriormente fue repoblada por el Rey Alfonso IX y durante la Edad Media establecieron su sede en el castillo los señores feudales Condes de Sarriá.

   Merecen especial atención el templo parroquial de Santa Marina, edificado sobre otro anterior de corte románico. 
   Se llega ascendiendo la calle Mayor impresiona el mural que embellece el muro de esta iglesia, obra de la pintora Veloso. La iglesia, que sustituyó al viejo templo románico, es de 1885 en estilo neogótico y está coronada por una esbelta torre que culmina en un chapitel piramidal. En el interior del templo se hallan las tallas de Santa Mariña y San Xoán, patronos de Sarria.



   La iglesia del Salvador, de base románica y a pie del Camino. 


   El convento de la Magdalena, de gran tradición hospitalaria en el medioevo que fue fundado por dos monjes italianos de la Congregación de la Penitencia de los Mártires de Cristo, bajo la regla de San Agustín.
   El Cenobio es de origen románico fundado en el siglo XIII. En 1896 entraron en el monasterio los padres mercedarios.

PONTE DA ESPERA


   Puente levantado en el s. XVIII sobre otro de factura románica. Posee cuatro arcos y fue edificado en pizarra y sillería de granito. El Camino de Santiago salva sobre su tablero el río Celeiro y abandona Sarria.

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