Triacastela - Sarria (21,5 Kms)
¿Por San Xil o por Samos? Gran dilema, pues ambos son caminos del máximo interés. Por el valle San Xil cruzamos uno de los valles más bonitos de toda la ruta jacobea; por Samos, 7,2 km más largo, atravesamos espectaculares bosques de robles y castaños a la vera del río Oribio (o Sarria), regalándonos además la visita al extraordinario Monasterio de Samos. Ojalá todas las decisiones en la vida fueran como esta: tanto por San Xil como por Samos... ¡acertaremos!
Nosotros tenemos varias razones para pasar por Samos, la principal es que aquí hunde sus raices un peregrino del grupo, José Valdés, ya que su padre nació es este pueblo. Por este itinerario la distancia recorrida es de 21,5 kilómetros. Los mojones jacobeos que marcan la distancia de medio en medio kilómetro no los veremos en este itinerario, poblado sin embargo por las características flechas amarillas. La ruta acompaña el discurrir del río Sarria, también conocido por el nombre de río Oribio, ya que se forma en las laderas de este monte en el Concello de Triacastela.
Km 0: Triacastela
En Triacastela es donde el peregrino debe tomar la decisión de continuar por la variante de San Xil o seguir la Ruta que nosotros definimos como principal que conduce a Samos. Por nuestra parte y en nuestro modesto entender apreciamos como principal la que nos lleva a Samos, pues nos parece que Perderse el impresionante Monasterio de Samos es mucho perderse. No obstante la variante de San Xil ofrece un recorrido de particular encanto, y que por supuesto recomendamos a todos aquellos peregrinos que ya hicieron la bajada a Samos.
Km 3.2: Sancristobo do Real
Al dejar Triacastela, cogiendo la ruta que lleva a la población de Samos, asfaltada en su primer tramo, se puede observar la zona denominada Desfiladero de Penapartida por donde pasan la carretera y el río Oribio rodeados de peñascos y vegetación. Una vez se deja el asfalto se introduce uno en el Camino Real o del Oribio. Este segundo tramo de la ruta debe su nombre al hecho de que era el camino que utilizaban los reyes para acceder al monasterio.
Desfiladero de Penapartida |
Cuenta la leyenda que en este punto, la Virgen, en su peregrinación hacia Compostela, se encontró con una roca de grandes dimensiones que le impedía el paso y mandó bajar a los ángeles para que con un rayo la destruyeran, cosa que hicieron. De ahí su nombre; ya que dicha roca, ¿pena¿ en gallego, quedó partida para facilitar que la Virgen prosiguiera su peregrinación.
El recorrido discurre en un permanente descenso y muy pegado a la carretera en los tres primeros kilómetros, luego por angostas, pero atractiva senda se llega a Sancristobo.
Pueblo del que ya se tiene constancia en el siglo XII, que alberga un típico cementerio de la zona, un viejo molino, y el pazo y antigua herrería de Lusío, donde se fabricaron las rejas de la Catedral de Lugo.
La casa de Lesio es una Noble mansión solariega, con su blasón, de dos plantas con torre cuadrada, cornisa moldeada por toda la fachada.
Se encuentra dominando un alto con
bellos paisajes.
Casa fundada por Lope Vázquez de
Vilamexe y su esposa Leonor Alfonso de Balboa en 1551. Es la casa en la que
nació el matemático Vicente Vázquez Queipo, autor de la tabla de los
logaritmos.
Siguiendo el curso del río Oribio, partimos de San Cristobo do Real pasando al lado del cementerio. Durante un trecho la senda discurre por un encajado camino. Y sólo en este trecho tendremos que acometer un breve ascenso a Renche por una pista.
Km 4.8: Renche
Este enclave destaca además por su arquitectura de tipo popular y la vegetación que lo cubre, compuesta por especies autóctonas como robles, abedules y castaños.
El papa Paulo III, el 2 de abril de
1538, donó el templo al monasterio de Samos para que los monjes acudiesen con
el “sustento ordinario y vino a los peregrinos que pasaban en romería a visitar
el cuerpo del Apóstol”.
Actualmente es la iglesia parroquial,
con advocación a Santiago Apóstol. En su interior alberga una imagen de
Santiago peregrino.
De Renche a Samos es una prolongación de los tramos anteriores, continúa el descenso, bien señalizado, siguiendo el curso del valle, al tiempo que nos encontramos con pequeñas aldeas como Lastres, Freituxe y San Martiño do Real.
Freituxe
La primera vez que se hace referencia a
Freituxe, es en el testamento mayor del Obispo Odoario, en el que aparece como
Villa Fructuosi, en el año 747.
La iglesia parroquial fecha del s. XVII.
Edificio de planta rectangular y muros de cachotería, en loseta y alguna
cuarcita, enlucidos. La cubierta, la dos aguas, es de madera y loseta.
Atravesando un arco de medio punto peraltado, se accede, desde la nave, a la
capilla mayor, tras de la que está la sacristía que posee encima de la puerta
de entrada una escultura de S. Antón de Padua y dentro de ella otra de Santiago
Apostol.
En el altar mayor hay una talla del
Sagrado Corazón realizada por Magariños y nuestra señora de los Remedios y un
San José del siglo XVII y varias tallas más del mismo siglo. En el mismo
retablo mayor encontrará otra escultura de SANTIAGO, EN ESTE CASO ECUESTRE.
La proximidad de Samos se intuye pero no se descubre hasta que casi se tropieza con espectacular y sobrecogedor Monasterio. Sin duda es de los lugares que más impresionan al peregrino.
San Martiño de Lousada
Pero antes de entrar en Samos nos detendremos en la iglesia de San Martiño de Lousada
(Samos) que es una de las primeras manifestaciones del románico de la provincia.
A pesar de su valor, se encuentra en
estado de ruina y está cerrada al culto desde hace cuatro décadas.
Esta iglesia es un edificio de origen
románico de volumen sencillo y ornamentación austera. Posee un ábside cuadrado
y una nave principal rectangular a la que se arrima una nave lateral al norte,
separada por dos arcos de medio punto. Entre el altar mayor y la nave principal
hay un arco también de medio punto. Al norte del ábside se sitúa una sacristía.
La cubierta del presbiterio era a cuatro aguas, más alta que la de la nave
principal a dos aguas, configurada con el sistema de par e hilera en madera y
con loseta como acabado exterior.
Frente a la fachada principal existe un
cabildo a dos aguas a través del que se llega a la portada principal realizada
en cantería de granito y arco de medio punto superior. Otra puerta más sencilla
da acceso a la nave lateral. Los muros y los tres arcos interiores están
realizados en mampostería de loseta cubiertos de revocadura de cal. El
campanario de doble arco se eleva sobre la portada de la fachada principal. El
pavimento interior es de grandes pizarras negras de calidad. En el interior se
conserva una pila bautismal de granito, con cuenca y pilastra, así como restos
de pinturas murales de carácter popular en los arcos.
Km 8.8: Samos
En lo hondo de un valle encajado entre
montañas, se encuentra el gran monasterio de los Santos Julián y Basilisa de
Samos, uno de los cenobios más antiguos de España, fundado en el s. VI por san
Martín de Braga, el responsable de la conversión al catolicismo del pueblo
suevo.
Capilla del Salvador o del Ciprés
Se encuentra a unos
cien metros del monasterio y es el resto más antiguo que conserva éste.
Posiblemente se tratara de una celda monástica.
Su construcción en lajas de pizarra data
del final del siglo IX o principios de siglo X, de ahí que responde al estilo
mozárabe. Consta de dos cuerpos de planta ligeramente trapezoidal, nave y
cabecera. Un rasgo característico es que la puerta está situada en un lateral
sur cuya curvatura tiende a la forma de herradura.
En la fachada principal, mirando al río
Oribio, podemos apreciar una ventana de doble arco a la que le falta el
parteluz. En el interior resalta el arco triunfal elíptico que en sus formas
tiende a la de herradura y también hay que destacar sus pinturas al fresco de
influencia astur.
Casi adosado a la Capilla se encuentra
un gran ciprés milenario de 25 metros de altura y de unos 3,25 metros de
perímetro. Está considerado entre los 50 árboles más notables de España. Su
parche negro es causa de una herida ocasionada por un rayo.
Circula una leyenda que dice que la
herida fue ocasionada en 1.926 al prenderle fuego a un panal de abejas que, por
causas obvias, se quería eliminar del árbol. El parche cumple la doble función
de protección y de ayuda a la regeneración natural del árbol.
Fuente de las Nereidas
En el interior del Monasterio, en uno de sus claustros se encuentra esta fuente que choca por su temática pagana en un centro religioso.
Transcurren los hechos en la localidad
de Samos, donde en el claustro del monasterio se puede encontrar una fuente
formada por cuatro extrañas figuras femeninas con cuerpos de serpiente y cabeza
y pechos de mujer.
Así parece ser que, en una ocasión, la
autoridad eclesiástica, considerando que aquellas figuras no debían estar en un
lugar tan visible del monasterio, ordenó trasladarla a otro lugar.
Ya desmontada, al disponerse a
transportar las piezas, éstas de repente aumentaron de peso de tal manera que
no hubo forma de moverlas de allí.
Ante semejante situación, no quedó más
remedio que volver a reconstruir la fuente en el mismo sitio que estaba, para
lo cual milagrosamente recuperaron su peso normal, dejando claro que la fuente
no tenía intención de moverse del monasterio.
Km 12.7: Teiguín
Saliendo de Samos y con el río acompañándonos a la izquierda, dejamos atrás el monumento al peregrino para llegar a Teiguín, donde hay un área recreativa para comer al aire libre. Y la ermita de Sto Domingo de Silos.
Una de las constantes de este tramo son
las cuidadas sendas y pequeños parques, que aprovechando los remansos del río
se han construido como zonas de descanso. Una delicia para la vista y para el
espíritu.
Al poco de salir de Teiguín se puede
continuar por la calzada principal, o por una senda que surge a la derecha bien
señalizada. Es un andadero alejado de la Carretera que va al encuentro del
Camino de San Xil.
Esta opción es quizás más peregrina, por
supuesto menos peligrosa, ya que carece de tráfico, y además discurre por un
rosario de pequeñísimas aldeas, que son un auténtico placer.
Dichas pequeñas aldeas son por este
orden las siguientes: Pontenova, Pascais, Gorolfe, Veiga de Reiriz, Sivil y
Perros. Finaliza desembocando en el Camino que viene de San Xil a la altura de
San Mamede do Camiño.
El tramo, en ascenso, no ofrece mayores dificultades por estar bien señalizado hasta Pascais, en cuyo punto hay que seguir en línea con el cementerio hasta un camino que surge a la derecha y que, en cierto modo invierte el sentido para descender hasta un puente de cemento. La corredoira finaliza en un precioso paraje ribereño, el cual bordeamos hasta Gorolfe. A partir de ahí se toma una pista y por un valle abierto se llega a otra de cemento, que sigue a Veiga de Reiriz. Se cruza el río y por su margen derecha se alcanza Sivil. Lugar que se abandona en cuesta pero pronto llegamos a Perros y Aguiada, donde enlazamos con la otra ruta.
Pascais
Iglesia de Santa Eulalia
Iglesia románica del siglo XII en la cual lo más destacable es su retablo barroco de un solo cuerpo de tres encasillamientos, ático con hornacina y columnas salomónicas de racimos.
Del románico conserva el ábside y su lado norte además de una puerta de arco de medio punto.
La nave es elevada, amplia y cubierta a dos aguas. Más tarde le adjuntaron
un espacio de forma rectangular y una sacristía. Dedica sus imágenes a Santa
Eulalia, La inmaculada, San Benito y San Pedro.
Gorolfe
Vega de Reiriz
Nada más dejar atrás las casas de A
Veiga y escasos metros antes de atravesar A Ponte da Veiga, en la margen
izquierda del Camino nos encontramos éste singular peto de Ánimas.
En Galicia los petos de Ánimas tienen la
finalidad de ofrecer limosnas de todo tipo a las Animas del Purgatorio.
En este caso, no dispone de hucha y
tampoco se representan las almas en el fuego del purgatorio, como es frecuente
ver en otros petos, si está presente la figura que las vela.
Sivil
Km 16.7: Ayan
El Camino se despista un poco del curso del río, para dirigirse, a caballo de la carretera hacia Ayán. Sigue siendo un ligero descenso al tiempo que alterna con pequeños atajos y caminos cercanos a la calzada.
Km 21.5: Sarria
Como ya hemos señalado, este tramo es para aquellos que han optado caminar por la carretera. Quizás es menos agradable, por ser algo más árido y porque el acceso a las ciudades por sus zonas periféricas y más transitadas, siempre son menos atractivas.
Pero estamos completamente seguros, que tanto si se decide seguir esta opción como tomar la referida en el tramo anterior, cualquiera de las dos, por supuesto nos llevan a Sarria, y ambas significan seguir disfrutando del maravilloso paisaje que, prácticamente en descenso, se viene disfrutando desde O Cebreiro.
De la Villa de Sarriá, hay que destacar el casco viejo, que ocupa la ladera del un «outerio», en cuyo lugar y en la antigüedad más remota hubo un asentamiento romano. Posteriormente fue repoblada por el Rey Alfonso IX y durante la Edad Media establecieron su sede en el castillo los señores feudales Condes de Sarriá.
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