Si
la niebla no lo impide ocultando el valle, ver amanecer desde O Cebreiro, junto
al templo de Santa María la Real, es un privilegio que nos brinda el Camino que
no podemos rechazar. Hoy, por fin, nos sumergimos en la tierra de Santiago, la
de la niebla y el orballo; la de
los castros celtas y de las minas ansiadas por los romanos; de infinidad de
lomas, fragas de robles y soutos de castaños. La señalización oficial marca 151
kilómetros hasta Santiago, la nuestra 154,7. Iniciamos la vigésimo quinta etapa
por encima del albergue de peregrinos. Abrigados por la vegetación de la
montaña, ascendemos desde los 1296 metros hasta los 1370 (el punto más elevado
del Camino Francés en Galicia) en las inmediaciones del Teso da
Cruz y el monte Area.
A la salida de O Cebreiro parte un camino de tierra que, después de un corto ascenso por el monte, desciende entre pinares hasta una pista que se sigue a la derecha y que nos lleva a Liñares.
En Galicia los municipios se denominan concellos, a los
cuales pertenecen distintas parroquias que engloban a su vez a
distintos lugares o aldeas. Hacia el sur, a mano izquierda de la pista
forestal, la vista se recrea en un sinfín de lomas tupidas de helechos, robles,
castaños y pastizales que forman, entre otras, la sierra de O Courel. La
pista forestal desemboca al pie de la LU-633, donde se encuentra la parroquia
de Santo Estevo de Liñares, con iglesia prerrománica de una
sola nave.
· Km 3,1.
En
el Códice Calixtino (siglo XII) ya se cita al lugar de Liñares entre los
pueblos que recorre el peregrino hasta Santiago de Compostela, si bien lo
denomina como Linar de Rey.
El
origen del nombre del pueblo está sin duda vinculado a la producción agraria de
la antigüedad. Se dice que Liñares dependía del monasterio del Cebreiro, y que
era la parroquia que suministraba el lino para las necesidades del centro
religioso.
Liñares
pertenece al ayuntamiento de Piedrafita del Cebreiro y tiene un censo de apenas
70 personas. El monumento local es la Iglesia parroquial de San Esteban.
Es
cuadrada y está cubierta por un menguado chapitel, con pináculos decorativos en
las esquinas. En esta iglesia sobresale la torre de tres cuerpos con un
enlosado tejado. La iglesia ha sufrido varias restauraciones y guarda en su
interior un bonito retablo barroco.
Tras
el templo cruzamos la LU-633, fiel acompañante durante la etapa de hoy, y
tomamos una senda muy cercana a la carretera que nos arropa con sus hayas,
acebos y demás catálogo de especies atlánticas.
La
senda sigue el itinerario de la LU-633 y desciende ligeramente hasta los 1.205
metros. Posteriormente, un falso llano nos aproxima hasta Hospital da
Condesa el segundo núcleo habitado de la jornada. El mojón jacobeo
marca los 145,5. En este pueblo tendremos, probablemente, uno de los primeros
contactos con las "rubias gallegas", las vacas de color canela
apreciadas por su carne.
· Km 5,4.
Esta población se encuentra hoy día llena de
vaquerías, y tuvo su origen en un hospital fundado en el siglo IX por la
Condesa Doña Egilo, hermana del Conde Gatón, famoso repoblador del Bierzo.
· Km 8,1.
Poco más de la decena de construcciones
que vemos, a lo largo del trazado del Camino a su paso por esta parroquia
perteneciente al municipio del Cebreiro, forman la pequeña aldea de Padornelo.
Es la iglesia parroquial de San Juan,
construida en el siglo XV, la que merece una especial atención. De marcado
estilo rural, planta rectangular, muros de mampostería, tejado a dos vertientes
cubiertas de losa y coronadas por un campanario de remate triangular, cuenta
con entrada lateral bajo un espacio cubierto.
A
la salida de esta pequeña parroquia afrontamos una durísima aunque breve cuesta
por la que alcanzamos el alto do Poio. Un bar - albergue y un mesón reciben estratégicamente a los
caminantes, ansiosos por estabilizar su ritmo cardiaco tras semejante acelerón.
· Km 8,5. Alto do Poio (Albergue.
Bares)
Más
de tres kilómetros de senda pegada a la LU-633 nos separan de la siguiente
población. En todo este tramo prácticamente llaneamos porque tan sólo
descendemos 45 metros de altitud. Así llegamos a Fonfría, núcleo
también de Pedrafita do Cebreiro, con bares y albergue. Si pasamos
relativamente temprano y aún no han abierto los bares, es probable que alguna
lugareña nos reciba con una suculenta torre de tortas de leche frita.
· Km 12.
El nombre de la localidad se debe a una
fuente que brota junto a la iglesia, y que era el único lugar donde podían
quitarse la sed los peregrinos.
El tejado es de pizarra y está cubierto
a dos aguas. La Sacristía llama mucho la atención porque está adosada a uno de
los laterales de la nave. Es significativo, además, el campanario, también
rehabilitado, que está formado por una sola pared con huecos para las campanas
y está coronado por un remate triangular. El aspecto original se conserva tan
bien que podría casi pensarse que es románico.
San Xoán de Fonfría tuvo un hospital de
peregrinos que ya no existe en la actualidad. Antiguamente los peregrinos
recibían fuego, sal, agua de la fuente de esta localidad, de ahí el nombre del
pueblo, una cama y dos mantas para dormir.
Atravesamos
Fonfría y de nuevo, junto a la inseparable LU-633, regresamos a la senda que
nos lleva por idéntico paisaje hasta O Biduedo, a 2,4
kilómetros de distancia. En todo este tramo descendemos exactamente cien metros
(Km 14,3).
· Km 14,3. O'BIDUEDO
Lo más interesante es la capilla de San Pedro, pequeña ermita de aproximadamente 5,00x9,80 m². Nave única con un pequeño hueco en la fachada sur y cubrición a dos aguas con artesonado de madera. Amplio atrio o nátex en el que los huecos, de medio punto, se abren en la fábrica de esquisto y se forman con ella misma. Puerta con arcos formado por lajas de esquisto, lo mismo que el pavimento. Espadaña muy básica, con moldura tallada en piezas monolíticas de sirven de base a un único cuerpo de frontón triangular y remate. Hueco para campana de medio punto.
Tras O Biduedo, ya del Concello de Triacastela, el descenso comienza a hacerse patente. Nos separan tan sólo 6,8 kilómetros del final de etapa y aún debemos bajar unos 530 metros de altitud. En la bajada, el camino procura desprenderse de la LU-633 y atajar las vueltas y revueltas de la carretera.
Una curva pronunciada nos permite ver de frente el monte Oribio, de 1443 metros de altitud. A la derecha, en el fondo del valle, se encuentra Triacastela. La aldea posterior a O Biduedo es Filloval. En esta aldea hay un albergue y un bar-restaurante, el Aira do Camiño, con un punto de acceso a internet y una pequeña tienda.
· Km 17,3. FILLOVAL
Tras Filloval cruzamos la carretera y seguimos descendiendo entre arbolado para volverla a cruzar un kilómetro más adelante, junto a un pequeño merendero. Así entramos en Pasantes (Km 18,8), estirada aldea con capilla que atravesamos bajo el reclamo de la venta particular de frambuesas. La jornada continúa hasta la aldea de Ramil
. Km. 20,1 RAMIL
Al pie del Camino, en la pequeña aldea de Ramil, está uno de los castaños centenarios más hermosos de Galicia. Su tronco, de gran diámetro, tiene un perímetro de 8,5 metros, y parece una radiografía del tiempo, lleno de huecos y gruesas ramas que parecen abrazar el árbol.
Continuamos hasta el fin de la etapa donde el albergue público se encuentra en la misma entrada, en un descampado a mano izquierda y el resto, un gran surtido de albergues privados, en el centro de la población.
· Km 20,5. TRIACASTELA
El
Código Calixtino, la más antigua guía de la que han podido disponer los
caminantes santiagueros, va citando los pueblos del Camino, y tras Linares do
Rey al pie de O Cebreiro, nos habla de Triacastela, en la falda del monte
del mismo nombre, lugar donde los peregrinos cogen una piedra y la llevan hasta
Castañeda, para obtener cal destinada a las obras de la basílica del Apóstol en
Santiago de Compostela
La
distancia por la vía Jacobea entre Triacastela y Santa María de Castañeda son
80 km., que se le harían interminables a viajeros foráneos que ya llevarían un
millón de pasos en las piernas, cargando con una nueva ofrenda para el Apóstol
durante ochenta kilómetros con el mendrugo calcáreo a cuestas.
El canónigo López Ferreiro dirá en su Historia que "la argamasa empleada en la fábrica
del Templo Apostólico, fue en buena parte amasada con el sudor de los
peregrinos a Santiago".
No hay comentarios:
Publicar un comentario