viernes, 20 de octubre de 2017

Etapa Los Arcos-Viana

  
a penúltima etapa (por este año) será descrita por Isabel. Tuvimos un tiempo agradable, soleado pero con brisa fresca, lo que hizo que la realizáramos cómodamente sin grandes ascensos ni descensos. y con pueblos con cosas interesantes que ver. Y respecto a las gentes del camino, ya nos cruzamos con peregrinos con los que habíamos coincidido anteriormente, con lo cual comenzaba a haber esa camaradería que siempre surge en el Camino.

7ª Etapa: Los Arcos-Viana (8 de Septiembre 2017) 19,37 Kms.
 
 

   A las 7 de la mañana desayunamos en el Hostal Suetxe después de que Dani y Vicente hayan llevado los coches a Viana y regresado en taxi. Nos sirven un buen desayuno y la señora del hostal, muy amable, nos regala unas mandarinas para el camino.
   Salimos por debajo del arco que está junto a la Iglesia de Santa María. En ese momento las campanas dan la hora, son las ocho.


   Comenzamos a caminar y voy recordando la despedida  de anoche de Nati y Roy. Los vamos a echar mucho de menos. El camino va por la calle Ruta Jacobea. Ahí cogemos un camino de tierra con una leve pendiente. Pasamos por en frente del cementerio. Nos llama la atención la leyenda grabada en la piedra sobre la puerta de entrada: “ Yo que fuí lo que tú eres, tú serás lo que yo soy” Año 1849.


   Seguimos caminando por un camino de tierra entre colinas con pequeñas subidas y bajadas y algunas zonas llanas. Hay tierras de cultivo de trigo, vid, olivos y algunos frutales. De vez en cuando se ven motones de paja prensada en rectángulos formando pequeñas montañas. Apenas  hay sombra. El día ha amanecido fresquito y soleado.

Llegasndo a Sansol (Al fondo)


 

 
 

   A las 9:30 h llegamos a Sansol. De nuevo escuchamos el sonido de las campanas dando la hora. El pueblo es bonito. Tiene casas antiguas con escudos de piedra en la fachada. La iglesia está en una zona alta y allí hay un mirador con vistas al valle y al pueblo de Torres del Río que está más abajo, pero cerca, unos 300 metros.
Desde Sansol al fondo Torres del Rio

  
Torres del Rio con la Iglesia del Santo Sepulcro
   Continuamos hacia Torres del Río. Es todo el rato de bajada. Al llegar al pueblo se cruza un puente y se coge una subida para entrar. Son la diez. Visitamos la Iglesia del Santo Sepulcro. Es un edificio del siglo XII de planta octagonal rematada por una cúpula. Sobre la cúpula se eleva la linterna, también de disposición octogonal con cúpula. Según algunos investigadores su función debió de  servir de faro a los peregrinos, igual que la iglesia de Eunate, ya que es una de las iglesias que jalonan el itinerario navarro del Camino de Compostela. Preside el templo un Crucificado con corona real. Este edificio destaca por su perfección arquitectónica y es considerado un monumento cumbre del Románico navarro del siglo XII. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1932. El templo está atendido por una señora encargada de cobrar un euro por visitarlo. Vicente comenta con la señora que cuida el templo que hay personas que no saben apreciarlo y no les parece bien pagar 1 euro. Firmamos en el libro del templo y cuando estamos contemplándolo de pronto escuchamos a la señora que grita: “ A ver, el de Castellón. Que venga aquí y le explique a estas señoras que acaban de entrar por qué hay que pagar un euro”. Vicente se acerca y le explica a las señoras el valor de este edificio románico. Las señoras se quedan conformes, pagan su euro y pasan.
Iglesia del Santo Sepulcro

 
   Hacemos una parada en el Albergue Pata de la Oca. Tiene una terraza y un pequeño estanque que parece que es para meter los pies. Nos tomamos un café y nos hacemos unas fotos con una armadura de caballero medieval que hay en la entrada. Comentamos que huele a gas y efectivamente, hay un escape de gas a unos cuatro metros de nuestra mesa. Unos obreros vienen a arreglarlo. Decidimos marcharnos rápido por si salta todo por los aires.
Tomando un Respiro en el Albergue "Pata de la Oca"

  

   Salimos de Torres del Río a las 10:40 h en dirección a Viana. Como Roy fotografiaba todos los mojones del camino, ahora, cada vez que vemos un mojón nos acordamos de Roy. Continuamos por tierras de cultivo y colinas. Nos encontramos con un hombre joven que ha montado un pequeño puesto de venta para los peregrinos y que se ha dedicado a hacer esculturas con piedras. Nos explica el significado de algunas de las esculturas y hablamos de una peregrina que acaba de pasar por ahí. Es una señora mayor camboyana que por lo visto vive en Francia. La hemos visto otros días y nos ha llamado la atención porque va sola y parece bastante mayor.
 

 

   Un poco más adelante nos encontramos con la Ermita de Nuestra Señora del Poyo. En la pared exterior hay una representación de una Virgen con el Niño sobre baldosines de cerámica. Nos hacemos unas fotos, descansamos unos minutos y seguimos camino.


  

   
    Al rato, decidimos parar en una sombra del camino para tomarnos las mandarinas y unas almendras que nos dió  Nati. Mientras reponemos fuerzas , Vicente nos pone una canción de Cecilia que habla del camino de la vida y que se titula “Andar”.


   Continuamos junto a otros peregrinos y a las 13:40 llegamos a la entrada de Viana. Todavía nos costará un rato llegar al albergue. En Viana nos alojamos en Casa Armendariz. La verdad, el albergue bastante cutre. El váter está fuera de la habitación. En la habitación hay un lavabo y una ducha en un pequeño nivel más alto, sin puerta y el agua de la ducha lo empapa todo.
Viana al fondo

   Comemos en el Restaurante Sidrería de Casa Armendariz y eso sí, comemos estupendamente. Nos echamos unas risas con la poca práctica que tenemos para escanciar la sidra. Después de varios intentos vamos mejorando.


   Después de una siesta, quedamos para dar una vuelta por Viana. Juan, un amigo de Vicente que vive en un pueblo de Vitoria, se ha desplazado para vernos. Es muy simpático y también un entusiasta del Camino. Damos una vuelta por la Plaza de los Fueros. Son fiestas en  Viana y está todo el centro muy animado. Nos tomamos un refresco con Juan en una terraza y estamos un rato de tertulia. Después de despedirnos de Juan nos vamos a tomar unos pinchos. A continuación pasamos al Palacio Pujadas donde se acaba de celebrar un concierto y están recogiendo las sillas. La entrada está perfectamente conservada pero la zona donde se ha celebrado el concierto no tiene techo. Es una zona en ruinas que han rehabilitado para utilizarlo para estos eventos.

Vicente, Isidro y yo, decidimos ir al albergue para descansar. Dani e Inma se animan a seguir paseando por las calles de  Viana en medio de la fiesta. Mañana nos espera la última etapa de este año: Viana-Logroño. Esto se está acabando…¡Precisamente cuando nos sentimos más fuertes y más en forma!

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