eguimos avanzando en este cuarto tramo del Camino y hoy describimos la cuarta jornada que terminaremos en Foncebadón a unos escasos 2 kilómetros de la Cruz de Ferro, hito importante del Camino, al que próximamente le dedicaremos una entrada especial y zona de separación entre la comarca de la Marageteria y el Bierzo.
Etapa corta en un suave pero constante ascenso, nos llevará al día siguiente al punto más alto del Camino Francés, pues la Cruz se encuentra a unos 1520 metros (El Collado Lepoeder de la etapa entre Saint Jean a Pied de Port y Roncesvalles se encuentra a 1430 m).
SANTA CATALINA DE SOMOZA- FONCEBADON (16,8 Kms)
Poco antes de llegar a Rabanal del Camino, un roble centenario nos invitará a descansar bajo su sombra, como así lo hicieron los muchos miles de peregrinos que nos precedieron.
Después de hacer la parada de media mañana en Rabanal salimos por la carretera y por ella se asciende, alternando con atajos a derecha e izquierda, durante unos 5,8 kilómetros, justo hasta Foncebadon, preludio de uno de los hitos mas importantes del amino y al que llegaremos al principio del día siguiente, la Cruz de Hierro.
Pero esta etapa la teminamos en Foncebadón, pasaremos por la antigua calle real del pueblo abandonado, aunque últimamente se han establecido una taberna, un hostal y por supuesto algunos albergues.
Salimos de Santa Catalina de Somoza por la calle Real y a la salida recuperamos el andadero de la LE-CV-192 que, de nuevo en un ascenso casi imperceptible, nos acerca hasta la población de El Ganso.
Entre las dos poblaciones, una cruz de madera colocada en verano de 2012 sustituyó a la cruz antigua, bastante deteriorada.
EL GANSO (pK 4,2)
Salimos de Santa Catalina de Somoza por la calle Real y a la salida recuperamos el andadero de la LE-CV-192 que, de nuevo en un ascenso casi imperceptible, nos acerca hasta la población de El Ganso.
Entre las dos poblaciones, una cruz de madera colocada en verano de 2012 sustituyó a la cruz antigua, bastante deteriorada.
Nos encontramos en pleno monte, echar la vista atrás da idea de la altitud que ya hemos alcanzado, pero este tramo hasta El Ganso, es más bien llano.
En El Ganso, tras un par de bares giramos a la izquierda para pasar junto a una fuente y la iglesia de Santiago.
En El Ganso, tras un par de bares giramos a la izquierda para pasar junto a una fuente y la iglesia de Santiago.
La localidad de El Ganso pertenece al municipio de Brazuelo.
En ella viven apenas 20 personas. Cada verano, el pueblo resucita con el paso
de peregrinos. En la antigüedad, en el pueblo se situaba un hospital de
peregrinos, que fue donado por los clérigos de Astorga en el año 1442, y un
monasterio, que perteneció a Aguilar de Campo.
En sus calles se pueden observar aún, casas cubiertas de pajas de centeno
(casas teitadas). Este tipo de cubierta se remonta a la prehistoria, y
en esta localidad, ha perdurado hasta hoy. También se puede visitar la iglesia
parroquial de Santiago.
Iglesia dedicada a
Santiago y una capilla con el Cristo de los Peregrinos, donde las leyendas cuentan que celebraba misa el mismísimo Apóstol
Santiago.
En el interior del templo destaca una talla del apóstol vestido de
peregrino, del siglo XVI.
El Ganso es una localidad sin apenas servicios, situada en plena Maragatería, pero como Santa Catalina, todos los años, resucita con el paso de los peregrinos, abriendo bares y mesones que ayudan en el largo ascenso que nos espera.
RABANAL DEL CAMINO (pK 11)
La traza y las características son parecidas, pero en este recorrido el ascenso se hace algo más duro y prolongado. No queremos hacer demasiados comentarios, nuestra intención es que sea el peregrino quien descubra y saboree cada paso que da por estos bellos parajes.
En dirección a Rabanal del Camino. Más arriba se divisa Foncebadón |
Entre El Ganso y Rabanal del Camino, en el puente de Pañote sobre el arroyo de las Reguerinas y junto a las minas romanas de la Fucarona, se encuentra la carpa de la Asociación Gaudisse. Son una asociación sin ánimo de lucro que lucha contra el cáncer infantil y recaudan fondos con los donativos que dejan los peregrinos al hacerse hacerse una foto con un águila de la familia Acceppiter. Ponen el sello de la Asociación y aportan información sobre la propia etapa. Enfrente también han habilitado en un área de sombra dos grandes bancos donde descansar.
Dejaremos a mano derecha el cruce a Rabanal Viejo y Maluenga (Km 17,5) y, tras el río de Rabanal Viejo, abandonamos la carretera para tomar una senda que sube entre un rebollar. Avanzamos pegados a una valla rematada de cruces hechas con palos, donde algunos peregrinos se detienen a colocar la suya. A mano izquierda se encontraba el monumental roble del peregrino, conocido por el sobrenombre de carballo de Fonso Pedredo. Un mito de la ruta jacobea que fue derribado por el viento en noviembre de 2013.
También a mano izquierda dejamos la ermita del Cristo de la Vera Cruz, propiedad de la Junta Vecinal. Dejamos la compañía de la LE-CV-192, que se funde aquí con la LE-142, para entrar en Rabanal del Camino.
La localidad de Rabanal del Camino pertenece al municipio de Santa
Colomba de Somoza y cuenta unos 75 habitantes. La villa se caracteriza por sus
casonas macizas, levantadas en piedra y cuenta con una larga tradición
vinculada al Camino Francés.
Durante la Edad Media, en el pueblo hubo varios albergues e iglesias. Los
peregrinos pernoctaban aquí para recobrar fuerzas y para formar grupos, en los
cuales era más seguro atravesar el monte Irago, repleto de peligrosos animales
salvajes y de bandidos. De hecho, la localidad sirvió de avanzadilla a la orden
de los Templarios de Ponferrada para proteger a los peregrinos.
Rabanal del Camino también acogió a Felipe II, en una de sus posadas,
casa de las Cuatro Esquinas, en su peregrinación a la tumba del apóstol.
También cuenta la leyenda que Carlomagno y su fiel caballero Anseïs
contemplaban Astorga y Sahagún, desde este lugar.
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se sitúa en la parte alta de
la localidad de Rabanal del Camino. Se trata de un templo de estilo románico,
uno de los pocos que se pueden encontrar en la zona.
Al ser Rabanal final oficial de etapa, se está convirtiendo esta bonita localidad en un enclave importante dentro de la ruta. En estos últimos años han florecido los albergues de peregrinos como los hongos. Al mismo tiempo un interesante hotel y un hostal-mesón, ofrecen sus servicios.
Ermita de San José |
La ermita de San José se sitúa en la calle principal de Rabanal
del Camino. El templo se remonta al siglo XVIII y se construyó bajo el
mandato del rico arriero José Calvo. En su interior alberga un bello retablo
mayor de estilo barroco.
Su construcción data del siglo XII. En sus orígenes perteneció a los
templarios. En el año 1982, fue declarada Bien de Interés Cultural.
De su estructura cabe resaltar su esbelta espadaña, propia de los siglos
XVII y XVIII, y el peculiar reloj, del siglo XIX, que se sitúa en su torre. El
cual fue una donación de un ilustre vecino del pueblo, don Antonio Canseco.
Pero lo que aún es más interesante, es el reciente establecimiento de un monasterio bajo la advocación de Santa Otilia de Munich (Alemania), con la vocación, por parte de sus monjes, de ayudar espiritualmente al peregrino.
FONCEBADÓN (pk 16,8)
Superamos la calle principal de Rabanal del Camino para llegar junto a un lavadero, donde tomamos una pista entre los piornos. Un kilómetro más adelante cruzamos la carretera y seguimos por el camino de la izquierda. Llegamos junto a una fuente abrevadero. Casi todo este tramo se hace por el asfalto, con excepción de algunos atajos que surgen a derecha e izquierda de la carretera que ya conocemos. Justamente esos tramos de carretera son tranquilos y soportan escasa circulación, pero es estrecha y hay que estar atentos.
Un camino que progresa por encima de la carretera nos deja 3,5 kilómetros más adelante en el centro de Foncebadón que es una aldea del municipio de Santa Colomba de Somoza, asentada sobre el monte Irago, a 1.430 metros sobre el nivel del mar.
Esta aldea está casi deshabitada y en sus calles residen habitualmente unas 15 personas. El abandono se inició a finales de los años 60, inicios de los 70, debido a los fuertes problemas económicos que atravesaba la localidad.
Hoy en día, el tránsito de los peregrinos y una taberna se encargan de mantener vivo el recuerdo de lo que un día fue Foncebadón. y está resurgiendo de sus propias cenizas, gracias a la iniciativa de un excelente posadero Enrique Gaia, que ha montado en este lugar un mesón con sabor y gastronomía medieval. Merece todos los aplausos del mundo. además ya se han abierto alguna tienda y por supuestos albergues para peregrinos.
Pero retrocediendo en el tiempo Foncebadón fue un lugar afortunado, por la cantidad de privilegios reales que recibió. Contaba con Abadía, Iglesia, Hermandad, Alberguería, Hospital y Hospicio. Por iniciativa del obispo de Astorga, Salomón (hoy San Salomón) 931-952, y con acuerdo y presencia del rey de León "Ramiro II" el gotoso, en el año 946, se celebró en la abadía de Foncebadón el Gran Concilio "Monte Irago" o "Concilio Iracense". En dicho concilio, se reunieron además de Salomón, Ramiro II, el abad del monasterio Vincemalo, todos los presbíteros, diáconos, monjes y abades de la región. Se acordó entre otras cosas, lo más contundente a la disciplina eclesiástica y monacal, y a la reforma de las costumbres de los fieles.
Esta aldea está casi deshabitada y en sus calles residen habitualmente unas 15 personas. El abandono se inició a finales de los años 60, inicios de los 70, debido a los fuertes problemas económicos que atravesaba la localidad.
Hoy en día, el tránsito de los peregrinos y una taberna se encargan de mantener vivo el recuerdo de lo que un día fue Foncebadón. y
Un documento de mediados del siglo XIX narraba que la localidad contaba
con la iglesia de Santa María Magdalena, gestionada por un cura.
Pero retrocediendo en el tiempo Foncebadón fue un lugar afortunado, por la cantidad de privilegios reales que recibió. Contaba con Abadía, Iglesia, Hermandad, Alberguería, Hospital y Hospicio. Por iniciativa del obispo de Astorga, Salomón (hoy San Salomón) 931-952, y con acuerdo y presencia del rey de León "Ramiro II" el gotoso, en el año 946, se celebró en la abadía de Foncebadón el Gran Concilio "Monte Irago" o "Concilio Iracense". En dicho concilio, se reunieron además de Salomón, Ramiro II, el abad del monasterio Vincemalo, todos los presbíteros, diáconos, monjes y abades de la región. Se acordó entre otras cosas, lo más contundente a la disciplina eclesiástica y monacal, y a la reforma de las costumbres de los fieles.
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