viernes, 15 de noviembre de 2019

EL CASTILLO TEMPLARIO DE PONFERRADA

 

n la próxima entrada pasáremos por Ponferrada, y aprovechando esto, me gustaría hablaros del Castillo de Ponferrada.


   El Castillo "templario" de Ponferrada se sitúa sobre una colina en la confluencia de los ríos Boeza y Sil. Se emplaza en lo que, probablemente, en origen fue un castro celta, en una posición similar a la de otros de la comarca. Posteriormente se cree que fue un emplazamiento romano y visigodo.

Restos de excavaciones arqueológicas. A la derecha, la ronda del Sil.

   Hacia 1178 Fernando II permite que los templarios establezcan una encomienda en la actual Ponferrada. En 1180 el rey expide fuero para la repoblación de la villa que había surgido un siglo antes, documentándose la primera fortificación en 1187. La fortaleza fue reconstruida en numerosas ocasiones a lo largo de las Edades Media y Moderna. Actualmente, toda la zona palacial y ciertas torres de su recinto del siglo XV han sido reformadas con el fin de instalar un centro cultural. 


 
Interior de la Biblioteca Templaria y Centro de Estudios Históricos
Libro de Horas de Visconti (siglo XV)


   En estos momentos el castillo cuenta con la exposición permanente templum libri en la que se exponen libros facsímiles del medievo y del renacimiento, y la nueva Biblioteca Templaria, que cuenta con 1380 volúmenes relacionados con la Orden del Temple y que la convierten en la mayor de sus características en todo el mundo.



   En el recinto del Castillo, con forma de polígono irregular, se distinguen dos partes diferenciadas: la parte norte, del siglo XII, y el resto, construido a lo largo del siglo XV, con algunas obras realizadas en los siglos XIX y XX. En tiempos pretéritos el castillo estuvo rodeado por un foso, excepto en el lienzo noroccidental, donde el río cumplía esa misma función.

Plano de la ruta a seguir por el recinto del castillo. Arriba, el Castillo Viejo


Castillo Viejo

 

   En el interior existe un grupo de fortificaciones del siglo XII de origen templario: los restos de una barbacana en el acceso a un patio, al que abren la torre elíptica, parte del paseo de ronda, una torre que tuvo tres pisos, la torre del Malvecino y otra torre en la que destaca una puerta de arco apuntado, de gran valor artístico.

 
La imponente barbacana del castillo
 
Las torres de Malvecino, a la izquierda, y Malpica, al fondo
 

   La fachada noroeste constituye un parapeto corrido que termina en la torre del Moclín, de planta hexagonal irregular. Bajo él se abría una nueva ronda que defendía el subterráneo que unía el castillo con un aljibe, situado en una torre albarrana.

 
Sección del castillo, con el pasadizo subterráneo que permitía la bajada al río Sil.

   La portada principal, de mampostería, está compuesta por dos torreones que flanquean un amplio arco de medio punto. Tras este arco se alzaban las puertas de acceso al patio en el que, a la izquierda, se sitúa la torre del homenaje, desde la que se accede a la plaza de armas, hoy cubierta de escombros. 

El Homenaje Nuevo es la única torre visitable del Castillo Viejo

   Antes de entrar en el patio hay un recinto defensivo que conduce a la torre Cabrera, situada al sur y comunicada con la primera línea defensiva del lado este, en cuyo punto medio se alza una torre semicircular, destinada a calabozos y a la comunicación con la segunda línea de defensa. El paramento continúa hacia el norte, encontrándose otra torre cuadrada, antes de acceder a la torre de Malvecino, del siglo XV.

 
Al fondo a la izquierda, el Castillo Viejo. A la derecha, el Palacio Nuevo

   En el patio de armas, adosadas a otra línea defensiva, se encuentran varias dependencias, como la Galería de los Azulejos, derruidas y cubiertas de escombros debido a que 1811 una orden de la Regencia del Reino manda que vuelen las dependencias interiores (el daño no debió ser muy grande porque en 1815 se ofreció en sus salones un baile de sociedad) y a que desde que en 1848 el Ayuntamiento de Ponferrada, con la oposición frontal de la Comisión de Monumentos de Ponferrada, la empezase a utilizar como cantera local y mil otras felonías que culminaron en 1923 cuando se volaron sus muros para la construcción  del campo de fútbol de la Ponferradina, lo cual parece surrealista.

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario